GUANAJUATO, GTO., 23 de Octubre, 2016.-Con un decepcionante show de factura estadounidense estilo hight school musical, concluyó anoche la edición 44 del Festival Internacional Cervantino, que por espacio de tres semanas logró instaurar un espíritu de convivencia, fraternidad y diálogo.

Arte y cultura para alimentar y fortalecer el espíritu en tiempos en que la violencia asola al país y cobra víctimas también en esta entidad.

En el último día de actividades, una marcha que se abrió paso entre la multitud de visitantes que ocuparon las principales calles de la ciudad, recordó que nos siguen haciendo falta los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, como para que en medio de la fiesta y la celebración no olvidar que siguen sin esclarecerse los hechos del Caso Iguala y que hay padres de familia que claman por saber dónde están sus hijos.

Por la mañana, el encuentro anunciado como “Tres premios Cervantes” devino en “Una premio Cervantes”, a partir de la cancelación –por motivos de salud- de los novelistas Fernando del Paso(México) y Jorge Edwards (Chile).

En el Teatro Juárez, la escritora Elena Poniatowska asumió la tarea de dictar la conferencia en torno a la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, del que el FIC celebró hasta la saciedad el 400 aniversario luctuoso.



SAN QUIJOTE...

Acompañada por el director del FIC, Jorge Volpi, jugando con las palabras y metáforas muy a su estilo, la escritora y periodista dijo tener al Quijote como un guía de vida al que por encima de cualquier santo prefiere rezarle e invocarlo: “San Quijote de la Mancha ruega por nosotros. No nos desampares, somos tus escuderos, los guardianes de tus ideas y tenemos la virtud de hacernos invisibles, sobre todo porque vivimos en un país por ahora opaco y espeso en el que avanzamos, entre maleantes e incapaces, y frente a ti queremos alzarnos como guerreros de todas las batallas que, gracias a tu ejemplo, nos disponemos a ganar”.

La narradora, ensayista y también activista social comentó que aunque quisiera ser un Quijote, se identifica más con Sancho Panza, porque al igual que este personaje al que su amo reclamaba el utilizar en sus pláticas sentencias breves que “más parecen disparates que sentencias”, ella también vive desde 1953, en medio de una muchedumbre de refranes y de palabras, que ha recogido en miles de entrevistas y crónicas a lo largo de 63 años “y que aunque no vengan a pelo en muchas ocasiones, parecen disparates”.

Para Poniatowska, si el personaje de Cervantes pierde el juicio por la lectura, “nosotros lo perdemos por leerlo y aunque sea por un momento tenemos la sensación de haber enderezado un entuerto y salvado a un desencaminado”.

Como buen “embajador de la lectura”, el Quijote vivió a causa de los libros, por ellos padeció agravios y por ellos murió. De la misma manera, dijo la conferencista, “quienes vivimos de y para los libros tenemos mucho de Quijotes”.

De las ocho actividades programadas para el último domingo, siete ocurrieron en Guanajuato y una (la actuación del Ballet Nacional de Holanda), en León.

En esta capital hubo música y danza de la época de Cervantes, con Música Ficta (España), un concierto de alumnos y maestros de la Academia Cervantina, jazz fusión de Austria con Sitarstation; la obra de teatro para niños “Zapato busca sapato”, sobre la violencia, la diferencia, la migración y la libertad.

Con La Máquina de Teatro, Trupe de Truones y Rogério Manjate, en el espacio conocido como La Alternativa –una carpa instalada en el área de Los Pastitos- ocurrieron encuentros musicales orientados fundamentalmente a los jóvenes; y pop rock con Guanatos Brass Band, Zaikocirco, Caloncho y Azul Violeta.

Y como cierre oficial lo que se anunció como un “coctel de música, danza, pintura en vivo con títeres y artes circenses” a cargo del grupo Artrageous (Nuevo México, Estados Unidos), resultó ser un espectáculo multidisciplinario soso, comercial, muy al estilo de un musical escolar, con una banda de covers, que interpretaron temas en inglés de los 70, 80 y 90, al tiempo que a sus espaldas, algunos pintores creaban, con manos y brochas, retratos de sus “íconos de la cultura pop”, entre ellos ni más ni menos, ¡Harry Potter!

Un show calificado por los propios intérpretes como un “negocio novedoso”, hecho por una empresa “formada por un grupo de artistas inadaptados que se hizo en las calles, pero con objetivos e intereses comunes que se unieron para rodar por el mundo y llevar su amor a la realización y el servicio a audiencias de todas partes”.

Aunque entre el público que llenó escalinatas y explanada de la Alhóndiga de Granaditas, hubo quienes "agarraron la onda" cantando las rolas setenteras y ochenteras, la decepción se hizo patente en comentarios como “no necesitamos un Cervantino para este tipo de gringadas”, “si he sabido le prendo a la tele o la radio comercial donde abunda este tipo de música”.

Así, con todo y el artificio de los fuegos pirotécnicos, el 44 FIC tuvo una desaliñada Clausura: sintomática de un festival que pese a ser el más importante del país, tanto guanajuatenses como prensa acreditada, califican de venido a menos.