La falta de empleo en las zonas serranas del Estado ha orillado a mujeres a comercializar una variedad de productos artesanales -principalmente relacionados con el bordado de blusas, vestidos, servilletas-, para poder ayudar en los gastos del hogar o incluso las que se han quedado solas con sus hijos debido a que su pareja emigró en busca de un trabajo mejor remunerado; sin embargo, en este negocio es mucha ya la competencia lo que reduce el número de ventas, aunado a la negativa de autoridades para que vendan sus productos en plazas.

María Carmen Choncoa Hernández es una artesana de 56 años de la localidad de Ayahualulco del municipio Mixtla de Altamirano, perteneciente a la Sierra de Zongolica. Se dedica a la venta de productos artesanales como aretes, pulseras, llaveros, collares, servilletas, todo en tejido; nunca se imaginó que por vivir en la sierra llegaría a tener su empresa “Ikpatl”, palabra náhuatl que significa hilo.

Al igual que las mujeres de su comunidad, desde niña aprendió de su mamá y algunas otras mujeres de edad avanzada a realizar estos bordados; tejido de bufandas, bordados en servilletas, camisas o faldas, son algunas de las cosas que hacía para regalar en alguna ocasión especial o incluso venderlas a precios muy bajos.

Actividad que reforzó al quedar viuda desde hace 15 años, para poder mantener a sus cinco hijos, a los que logró pagarles sus estudios. “A mi hijo que hizo su carrera nada más que no tiene trabajo, él estudio Educación Física, mis muchachas una terminó su carrera de secretaria y las otras dos nada más la prepa, ahorita ellas trabajan por sí mismas y yo sigo trabajando”.

Comenta que la idea de formar su pequeño negocio fue a través de la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI), donde a través de talleres las capacitaron. “Ahí estábamos sentadas haciendo nuestras manualidades como hasta ahorita lo hacemos, luciéndolas y ahí es donde nos fuimos abriendo paso, y ya nos empezaron a invitar a los eventos”.

Para vender las artesanías que elabora a veces se traslada a Zongolica sin embargo, comenta que hay mucha competencia y las ventas son mínimas además de que otros municipios no quieren dejarlas vender en sus plazas, por ello agradece haber sido contemplada en las expo ferias que promueve el CDI.

Menciona que el tener la opción de poder recorrer el estado a través de expo ferias con su pequeño negocio es de gran beneficio, “muchos ingresos y ahí puede uno combatir la migración de nuestros esposos, de nuestros hijos, eso es lo que nosotros buscamos por los accidentes, por muchas cosas que les pueden ocurrir cuando salen de su comunidad”.

Si bien a ella nunca la han retirado de alguna plaza o calle, lamenta que en lugares como Orizaba el alcalde no deje que las artesanas indígenas vayan a comercializar sus productos, “las quita, les arrebatan sus cosas, les tiran”.

Actitud que lamenta al subrayar que la elaboración de artesanías es la única forma que tienen de subsistir.

“No sé qué es lo que piensan, porque nosotros en ese caso este es un trabajo sano, aparte de que nos cuesta hacerlo, este es un trabajo honesto, y al hacer eso ¿a qué encamina a los jóvenes?, a las drogas, a robar, a aprender cosas malas”.

De todas las carencias que puede tener en su comunidad, la principal y en la que pide a las autoridades solucionar es la falta de fuentes de empleo.