** Lo dijimos y lo reiteramos ahora: sólo se necesita mucho desamor para destruir lo que no te costó nada: y aplica para las relaciones Personales, Familiares y desde luego, para las Laborales.
** Dijimos en esta columna hace ya casi 5 años, que a la Dirección del Instituto Veracruzano de la Cultura con el gobierno de Cuitláhuac de MORENA, había llegado quien habría de “sepultar” al IVEC. Y no nos equivocamos.
** Lamentablemente.
** La arquitecta Silvia Alejandre Prado tiene antigüedad de más de 14 años en el instituto con sede en nuestra ciudad de Veracruz: una empleada más que en Xalapa, había gozado de puestos diversos y no había brillado, ni ahora con el cargo, anteriormente: quizá por ello se explica que como burócrata de la Cultura, y no como persona vinculada al quehacer cultural y con amor a la institución, colabore a su debilitamiento.
** A su progresiva sepultura: ayer, nos confirmaron trabajadores que Alejandre Prado a través de empleados menores de la Cuarta Transformación, consumó otros 5 despidos más de trabajadores del IVEC: mismos que se suman, en Xalapa, Veracruz y otras sedes del otrora prestigioso Instituto, a la veintena de despidos registrados, -aunque puede haber más-, que se han dado en los últimos cuatro años en Veracruz: con los despidos a trabajadores, también se han cerrado áreas que antes eran claves en el quehacer del Instituto, como el que atendía a jóvenes con Capacidades Diferentes en el Instituto, y que al despedir a las maestras, el gobierno que se presume “del pueblo”, deja a la deriva este espacio social.
** Por cierto: las maestras de este espacio en el IVEC de Xalapa, junto con los Padres de Familia de los jóvenes afectados por el cierre ordenado por la arquitecta Alejandre, ya pusieron sus respectivas demandas en las instancias judiciales, y que trascienden el mero reclamo muy justo claro está, de lo Laboral: el caso toca de fondo los Derechos Humanos de los chicos con Capacidades Diferentes, y por ahí al gobierno de Cuitláhuac, afanado en ir a quedar bien con AMLO el próximo sábado, a costillas del bolsillo de los amagados trabajadores veracruzanos llevados a fuerzas a protestar contra la SCJN, le va a estallar otro escándalo de escala nacional. Avisados.
** Da pena que el IVEC enfrente por estos días la parálisis que provoca la inestabilidad laboral: los que quedan en puestos directivos, cobijados por la Directora que nunca llegó a ser “Secretaria de Cultura”, tal como anunció con despliegue Cuitláhuac en Tlacotalpan, al inicio de lo que nunca imaginamos sería un gobierno tan gris, cerrado y omiso que ha padecido Veracruz; sólo aprovechan esta desgana, este desamor manifiesto de una arquitecta que sólo de oídas entiende de Cultura por lo visto: porque no respeta a quienes, con su labor de promoción, educación, extensión, divulgación y vinculación, principalmente, desde este Instituto, contribuyen a fortalecerlo y a mantener la identidad que ya tenía.
** La mayoría de los despedidos del IVEC, forzados a firmar “renuncias voluntarias” y a recibir “liquidaciones” a todas luces ilegales, por concretarse bajo presión y amenazas, y por debajo de años de antigüedad y niveles laborales; ya han puesto denuncias: ya las iremos dando a conocer en esta columna.
** Lo mismo que las tropelías de quienes, amparados en Alejandre, usan las instalaciones del Instituto para sus divertimentos o negocios personales. Todo está documentado. Sólo falta que los abogados de las víctimas de este desgarriate que resultó “la 4 T” en Veracruz, entiendan que exponer los casos ayuda, siempre, a la Ciudadanía en general, a conocer a sus Gobiernos y sus Gobernantes, y a que las Injusticias deben ser conocidas para ser enmendadas.
** Esa es la función de la denuncia pública. Y esa es la esencia de un periodismo al servicio de la gente. Que no les quepa duda.
** Buen jueves a todos.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
DESAMOR.-Una peligrosa emoción que arrasa/aniquila todo a su paso, lenta pero segura.
SEPULTUREROS.-Los que tienen la ingrata tarea, para muchos muy grata, de enterrar lo que estuvo vivo.
INSEPULTOS.-.Dícese de lo que entierran mal: y empieza a apestar avisando de su presencia.