** En la época que nos tocó vivir, definitivamente en 2023 hay por medio mundo Occidental principalmente, una ola de fenómenos coincidentes en la distorsión de la percepción de la realidad en miles acaso millones, de personas, como “moda”, o “tendencia” social que provoca, inevitablemente, que otros tantos en la sociedad, se coloquen en el polo opuesto, defendiendo principios básicos y científicos, de la biología.

** Esta intención de “auto percepción”, impulsa a personas de todas edades, a percibirse “mujeres sin vagina”, “hombres sin pene”, “unicornios”, “no binaries”, y toda la gama de clasificaciones creadas en un universo social apalancado en las redes sociales, en el que viven las juventudes en el mundo: esas que tratan de imponer el “lenguaje inclusivo” que recurre a la “e” para según ellos, diferenciar los dos sexos que por Naturaleza existen: en la batalla de percepciones como siempre, el Lenguaje cobra especial y definitiva relevancia.

** Es lo que nos tocó. Y entendemos a los padres y madres distanciados muchos, como por un abismo, de hijas e hijos, quienes andan en estos avatares de su época, defendiendo o asumiéndose, como “niñes” y “chiques”. Pero en todo esto hay que destacar que prevalece y subyace en el fondo de todas estas transformaciones sociales, el primer y primario impulso del amor: de la unión, de la amistad, del vínculo afectivo en círculos pretendidamente de iguales.

AMOR Y YA…

** Primero rechazaban y se burlaban del matrimonio: hoy se casan entre ellos, ellas y “elles”.

** Fuera de ello, así, sin más, hoy se recuerda a San Valentín, un santo, un patrono para el mundo Cristiano y Católico; y que por supuesto, fecha comercial atacada por eso un tiempo, hoy sin embargo a la distancia, se aprovecha para recordar que no hay mejor cosa que el sentimiento amoroso, el impulso y la búsqueda; que la amistad es un valor en sí: lo que das, recibes; y ambos se sustentan en emociones y percepciones imperecederas con el paso de los años, y si me apuran, de los siglos.

** A la mexicana, antes era un amor considerado “a la brava”, sin ninguna protección para ETS, enfermedades de transmisión sexual, porque “se ve limpio”, “se ve muy limpia”; y ya no se diga de mínima protección para no concebir hijos no deseados; era el impulso primario. Eso ha cambiado desde hace por lo menos 25 años, con una Educación Sexual que en México no termina de consolidarse y da tumbos hacia el “generismo” confuso de la época. Esperemos encuentre su rumbo, por bien de la sobrepoblación.

ALGUNAS BUENAS COMPAÑÍAS PARA ESTE DÍA…

** El amor como tal lo concebimos por aquí, como un sentimiento expansivo: se ama a la familia, a los hermanos, hermanas, papá, mamá, abuelos, tíos, primos: se ama todo lo que nos vincula a un hogar, a un estado, a un país. Se ama a los amigos y amigas, cuando tenemos la fortuna de tenerlos y conservarlos al paso de los tiempos y las pruebas de la competencia o la envidia. Vencemos.

** El amor ideal, claro, es para la pareja: y se conserva o se muta con el paso del tiempo.

** Les dejamos este 14 de febrero, algunas historias que se mantienen al paso del tiempo, sobre amor, odio, desamor, y que a veces si no es que siempre, se funden.

“Es temprano: las dos y veinte. Todavía no quiero ir a la oficina. Seguramente habrá una muchedumbre esperándome. Bueno, que esperen. Quiero sentarme un rato en el café y leer los diarios. Esta mañana sólo tuve tiempo de echarle una ojeada a los títulos. Aun no me amargué con el editorial del Viejo. ¿Sobre qué escribirá hoy? ¿Contra los negros? ¿A favor de Isaac Rojas? ¿Contra los feriados? ¿Defenderá la reglamentación sindical? Después de todo, cualquier tema es legítimo. Pero ¿por qué será que el Viejo convierte sus artículos en obras maestras de adyección?

(“Gracias por el fuego”, Mario Benedetti. Biblioteca Era. Narrativa. México, 1969).

“ Yo no he tenido hijos, pero no por ese sórdido mandato con que Larkin cierra su poema. De hecho, a veces lamento no haberlos tenido, porque procrear es un paso de la madurez física y psíquica: sólo ese amor absoluto y centelleante que los padres sienten por sus hijos permite superar el egoísmo individual que te hace poner tu propia integridad por encima de todo. Quiero decir que los padres son capaces de morir por sus niños…”

(“La ridícula idea de no volver a verte”, Rosa Montero, Premio Nacional de Letras. Seix Barral, 2013, Barcelona, España).

“No entendí el gruñido. Me amenazó con el bastón para golpearme. Gente tan amargada no debe salir de su casa. Seguro tienen el hígado podrido y apestan a carroña en la boca.

_¡Vete pa´l recoño de tu madre, viejo maricón!

Él tampoco me entendió, pero por lo menos me di el gusto de contestarle. ¡Ah, qué desastre de gente!

Por suerte no todo es mierda. Seguí por Trocadero, hacia mi casa, y frente al 162, más o menos veo a un matrimonio joven con una niña pequeña. También de paseo. Ella era una mulata increíblemente linda, con una falda blanca y un culo duro, amplio, bien colocado. Una mulata así desordena el paisaje. No es sólo el culo. Es toda ella. Cálida, sensual, con su vestido ajustado mostrando la piel canela. Son multas que caminan con cadencia. Saben que lo controlan todo y tienen un porte prodigioso…”

(“Trilogía sucia de La Habana”, Pedro Juan Gutiérrez. Anagrama, 1998, Barcelona, España).

**El espacio se agota y no quiero cansar a mis improbables lectores ni a los fieles: les recomiendo para este 14: “Mañana en la batalla piensa en mi”, de Javier Marías; “La insoportable levedad del ser”, de Milan Kundera; “El paso del ganso”, de Alejandro Jodorowsky; “Doce cuentos peregrinos” de Gabriel García Márquez y también de Gabo: “Memoria de mis putas tristes”.

** Alguno de ellos tendrán en su biblioteca personal o, si no, procuren el préstamo o la compra en Amazon o Mercado Libre, de libros llamados “de segunda mano”, que en las nuestras se convierten en primera, se encontrarán sorpresas muy económicas y verdaderos hallazgos felices.

QUE TENGAN UN ESTUPENDO SAN VALENTÍN, AMOROSO Y ESPERANZADOR.