** Realmente la fiesta de Carnaval en Veracruz, es para quienes aman multitudes anónimas, con todo lo que implica: jarochos, avecindados y visitantes, siempre ha sido así.
** Ver la cantidad enorme de visitantes que abarrotaron medio bulevard y las calles adyacentes desde el fin de semana; la macroplaza del malecón, el zócalo y Los Portales, fue constatar que Veracruz, nuestra ciudad emblema de México, es un imán por sí solo.
** Escuchamos las quejas de algunas ex reinas y ex reyes de la fiesta y con todo respeto les decimos: su época ya fue, y fue una muy bella, sí: pero ésta es otra, que los muchachos de hoy atesoraran, y donde reinan los y las “influencers” de redes sociales, jovencísimos y con esa simpleza de la edad temprana, y de pertenecer a podría decirse “un mundo paralelo” al material, al nuestro.
** Estos chicos viven para “sus redes”, “sus” seguidores, “sus” fans, sus fotos, videos, tiktoks y “en vivos”; y sus vidas no se entenderían sin estos enormes e impactantes amplificadores de voz que son las plataformas digitales: hay que entenderlos en ese Contexto. Por lo demás, el Carnaval es eso: es un desfogue, un cúmulo de pasiones, y el de Veracruz particularmente siempre ha sido “un volado”: los chicos hoy se asustan y se quejan, su reina principalmente, de que hubo mucho asalto y robo de celulares: que para ellos es como si les robaran a la mamá o al papá.
** Y no es desestimar la queja de la reina de la fiesta jarocha “Yeri Mua”, es hacerle ver que ninguna policía alcanza para contener avalanchas humanas: que siempre ha habido violencia en el carnaval jarocho, cosa que no se justifica, pero sí se consigna como un hecho real: para empezar porque lo masivo implicasiempre un riesgo; y quien se aventura a la muchedumbre tiene que tomar previsiones. Y estar preparado, al menos mentalmente, a imprevistos.
** Eso no quita el hecho innegable de que la policía de Marina y la de Seguridad Pública, estuvo mal coordinada y peor enfocada; por ejemplo: seis marinos para llevarse a un mocoso inconsciente de borracho, y sólo porque estaba tapando un garaje de edificio; y ni un marino ni policía, para contener el asalto coordinado de anoche domingo de por lo menos seis sujetos, contados por las víctimas, que quitaron a manazos y puñetazos, por lo menos una veintena de celulares de alta gama a la altura de la Náutica.
** Los ladrones corrieron en redondo poco antes de que terminara el desfile interminable que empezó casi a las 11 de la noche: en la calle de Hernández y Hernández repartieron el botin que subieron, refieren uno de los testigos, “en un autobús turístico…” ningún policía pudo auxiliar a los quejosos. Porque no encontraron a ni uno. En la macroplaza los robos fueron igualmente coordinados aunque menos violentos, mientras Yuri cantaba. Las víctimas mayoría de jóvenes, algunos muy alcoholizados, que apenas y entendieron a esa hora, qué les estaba sucediendo.
** El tema alcohol: pues es repetimos, distintivo, lo vendan en “carpa” o en “isla” a lo largo del paseo costero, o en las largas colas en las tiendas de conveniencia: a eso viene la mayoría de la gente, a beber hasta desfondarse y dormir en el suelo, recostados en las paredes de casas, en los frentes de las mismas. El tema vecinal: es uno inagotable, porque los vecindarios a lo largo del bulevard jarocho alucinan la fiesta y con toda la razón que les asiste: para ellos ningún gobierno municipal, les ha resuelto ninguna demanda.
** Sufren el Carnaval en sus arriates frontales y laterales de casa, en paredes, bardas, ventanas, puertas y garajes: y quien vive frente al bulevard sabe que ningún cristal “insonorizado” servirá para amortiguar el ruido de bocinas con música las 24 horas. Son los vecinos insomnes por estos días que remientan la fiesta, los carros, la música, la gente, la basura y los olores; la falta de baños o la presencia de ellos frente a sus propiedades.
** ¿Una especie de “sambódromo” para el Carnaval de Veracruz? Lo han pensado más de un empresario. Pero viendo el aluvión de visitantes que llega ya no sólo de Edomex, Ciudad de México, Puebla y Tlaxcala, los que siempre han visitado Veracruz en cualquier época; sino como ahora de Hidalgo, Morelos, Michoacán, Sonora, Jalisco, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, en el recuento rápido de placas de vehículos estacionados tan sólo en dos avenidas adyacentes al bulevard, se antoja improbable: no cabrían en un “sambódromo” jarocho. Son demasiados.
** Si hubiera forma de contabilizar de manera fiable, cuántos vehículos entraron a la ciudad de Veracruz este fin de semana, la sorpresa se llevaría una sorpresa: la “casa llena” que tuvo este rinconcito marinero, fue de antología.
** Si no le gusta la muchedumbre ni se acerque la verdad. Si le asustan los contagios Covid19, menos. Si le espantan las encueradas o las vestidas, sepa que eso a los muchachos de hoy les deja fríos. No se diga a los niños. Es otra época ciertamente. Y no demos la lata diciendo “es que eso no pasaba antes…” Pues no: porque “antes” ya pasó. Son tiempos inciertos para los chicos. Muchos de ellos que no saben qué harán, después de que termine el Carnaval de Veracruz.
** Lunes carnestolendo queridos: abrazos sin balazos.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
INSEGURIDAD.-Condición general del país: una chiquillada pretender su inexistencia en un evento masivo.
SEGURIDAD.-Aspiración nacional y que cada mexicano la asume diferente: los jarochos que odian el Carnaval tienen su particular versión de lo que sería la seguridad ideal.
FIESTA.-La que es interminable mientras eres joven y sano: luego viene la lloradera.