Marcos García Zamudio miembro de la asociación civil México Unido por los Niños, e integrante de la comunidad travesti, quiso dar testimonio de su vida a EL MERCURIO DE VERACRUZ, y narrar lo que para él, fueron años de abuso y maltrato psicológico, donde la sociedad, afirma, lo “orilló” a cambiar su identidad para evitar agresiones y discriminación.

Cuenta que desde pequeño lo tacharon de homosexual: la gente a su alrededor lo etiquetaba incluyendo sus padres, y él no entendía el por qué lo catalogaban como tal, y cuando creció se dio cuenta que los años de abuso por parte de una persona fueron, asegura, lo que hizo que tuviera su actual preferencia.

“No nací homosexual, fui abusado desde los tres años de edad”, dice y afirma que los violadores de niños "no dejan huella, son astutos y van ganando la confianza de sus víctimas sustituyendo el cariño que no se le da en la familia; como niños necesitamos el cariño de nuestros papás, pero viene el depredador sexual de niños y da ese cariño en forma de juegos”,

Marcos al crecer fue reflejando estas conductas con los demás y fue donde lo etiquetaron como homosexual.

Cuenta que cuando fue creciendo los abusos se incrementaron, ya que al entrar a la adolescencia y negarse a seguir con esta situación, los ataques comenzaron a ser violentos, y descubre que lo que vivió fue abuso sexual.

Marco comenta que al crecer se le quedó la huella de lo vivido y se acostumbró “a las caricias de un hombre”, por lo que decidió cambiar su físico, ya que se vio obligado a hacerlo por la sociedad, porque fue etiquetado por la gente dice.

"Yo no quiero ser homosexual, quiero ser mujer” y comenzó a cambiar su cuerpo y se dio cuenta que de esta forma no era agredido por los demás “cuando empiezo a vestirme de mujer la primera vez hubo un cambio tremendo, los varones me empezaban a halagar”, y prefirió dañar su cuerpo tomando hormonas y cambiando su físico, pero siendo aceptado por los demás, aunque eso significara morir.

Al pasar los años se dio cuenta que no nació homosexual, a sus 43 años después de 25 de una relación con un hombre, dice que se da cuenta que él quiere ser madre y sintió una gran frustración saber que esto no iba a ser posible.

Para Marcos, los niños deben de tener a ambos padres ya que con esto se asegura que los menores podrán tener la identidad con la que nacen y protegerlos de las cosas que él vivió por la falta de atención de sus papás y los orienten de la forma correcta.