23.Diciembre.2015
VEINTITRÉS AÑOS RESTAURANDO LA FE
Hay piezas que necesitan de dos a tres días para que queden como nuevas
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Veracruz, Ver.- Desde hace 23 años, Virginia Ruiz Aguirre, locataria del mercado Hidalgo, se dedica a restaurar imágenes del Niño Dios, para todas aquellas familias que tienen un valor estimativo para esta parte esencial de cualquier nacimiento de la creencia católica.

Recuerda que esta labor comenzó como un favor para su compadre, que tiene una tienda de venta de cerámica frente a su local, y éste al ver el buen trabajo que hacía comenzó a recomendarla y así poco a poco se fue ganando un lugar en el mercado, como la primera restauradora de imágenes de yeso y cerámica.

“La culpa la tiene el señor de allá enfrente (señala a su compadre), porque luego se le rompían sus muñecos, porque sin bendecir son muñecos y venía por favor comadre, yo trabajaba la pasta francesa, y me decía a ver métele tantito a ver qué le haces y pues le metía pasta y le metía resistol, cómo me las ingenié, quién sabe y ya después decía: vayan con la señora Vicky que ella los arregla”, relata.

Las horas de trabajo para cada pieza son invaluables, comienza desde las 9 de la mañana y cerca de las 7 de la noche termina su día, pero algunas figuras necesitan más de dos o tres días para quedar como nuevas.

Este será el primer año en que se tome como descanso el 24 de diciembre, debido a que ya quiere dedicarse más a su familia, pues este año quedó viuda y quiere disfrutar a sus hijos.

Comenta que algunas personas le han llevado las figuras del Niño Dios en cubetas, sin brazos, piernas o incluso cabezas, situación que hace más complicada su labor, pero no imposible, pues se las ingenia para conseguir o hacer las piezas por ella misma.

El dolor de espalda y de piernas es tal que durante época se le dificulta dormir, pues puede recibir más de 300 figuras y todas las concluye antes del 24 de diciembre.

El costo por reparar estas figuras puede llegar hasta los 200 pesos.

Doña Vicky, como la conocen en el mercado, comenta que desde hace dos años, llegó una persona del Estado de México a tratar de hacer su misma labor y en su momento le logró quitar clientela, sin embargo por la calidad y buen trato que tiene con las personas que le llevan sus figuras, logró que regresaran a ella la gran mayoría de quienes eran sus clientes.

“Un señor mal hecho, tramposo, pero le aprendí, porque él sí manejaba el yeso, haz de cuenta que le pague el aprendizaje (...) también le aprendí a trabajar, pero por lo menos le aprendo algo”, asegura.

Doña Vicky dice que esta labor que realiza se está enseñando a su hija, para que en un futuro sea ella quien se quede con este negocio.

Una de las aspiraciones de doña Vicky es que esta tradición de restaurar imágenes sacras perdure por muchas generaciones más.



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