Cinta dirigida por Alejandro Monteverde, el director de Bella (2008), y producida por Eduardo Verástegui (Metanoia Films). También participan en la producción Roma Downey y Mark Burnett, los productores de la serie La Biblia (2013) y de la película Son of God (2014).





La historia, como un amigo me comentó es bastante simple, se trata de un niño de siete años, Pepper Flynt Busbee (interpretado por Jakob Salvati), el cual tiene una relación muy especial con su padre, sin embargo su vida tranquila se ve alterada cuando Estados Unidos decide ir a la Segunda Guerra Mundial, siendo el padre de Pepper quien debe alistarse para la guerra, lo cual es un duro golpe para el pequeño niño; quien gracias a una función de magia y al sermón del padre, decide que si tiene `fe de un grano de mostaza` utilizar su fe para que finalice la guerra y la familia pueda reunirse de nuevo.





El lado bueno son las actuaciones por parte de la actriz Emily Watson, a quien es un alivio verla en otro papel que no sea de la típica madre irlandesa sumida en la miseria. Igualmente los actores que interpretan al sacerdote del pueblo Tom Wilkinson, un actor de mucha trayectoria y Cary Tagawa como Hashimoto el único japonés en una ciudad que odia irracionalmente a los nipones, realizan una excelente actuación.





El objetivo del gran pequeño es cumplir la lista del sacerdote para tener la fe suficiente para que la guerra termine y su padre regrese a casa. Tiene la ventaja de involucrar al espectador en los momentos dramáticos. Varios espectadores derramaron lágrimas y no sólo fueron mujeres.





La crítica como en la mayoría de las películas es que el inicio es bueno pero el final queda inconcluso varias preguntas sobre los personajes, se queda cojo diríamos en cuanto al personaje de Hashimoto quien es el elemento de cambio en la historia, y sí finalmente Little Boy creció para dejar de ser el pequeño del pueblo; detalles que pudieron pulirse para que el filme destacara de entre otros que han abordado la temática de la guerra y la fe.