En la actualidad vivimos una crisis de valores, cuestiones esenciales como el amor, la honestidad, respeto, la solidaridad se han perdido en un mundo que está en constante cambio. Para el psicoterapeuta argentino Jorge Bucay esto parte desde la premisa `hay que tener para poder hacer y hay que hacer, para poder ser` lo que conllevo a una banalización de la sociedad.<br />
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Jorge Bucay autor de obras literarias como: El camino de la autodependencia, El camino del encuentro, El camino de las lágrimas y El camino de la felicidad impartió la noche de ayer miércoles la charla `Del Miedo al Amor` en el salón Baalbeck del Club Libanes, en Boca del Río.<br />
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Alrededor de 300 personas en su mayoría féminas asistieron a esta conferencia, en donde el psicólogo y terapeuta argentino, que lleva algunos años radicando en nuestro país, con un lenguaje coloquial y directo habló a los presentes de dar lo mejor de sí a quien nos rodea. <br />
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Bucay señaló que vivimos en un mundo que está en constante cambio. Las herramientas para afrontarlo, que nos dieron nuestros padres ya no sirven, tenemos que actualizarlas.<br />
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`El mundo se ha vuelto absurdamente y salvajemente competitivo`. Dijo estar desacuerdo con la competencia, debido a que esta ha sido sinónimo de `comparar`, ejemplo de ello se da cuando los padres comparan a sus hijos. `Vivimos en un mundo que no nos ha enseñado a compartir, pero si nos ha enseñado a competir`.<br />
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Al referir que todo se banalizó cuando creemos `hay que tener para poder hacer y hay que hacer, para poder ser`, pensamiento que se arraigó a principios del siglo XX con el consumismo; mencionó que ha imperado la corrupción, pues se trata de tener más poder que el otro sin importar las herramientas con lo que se logre `solo ser mejor que el otro` expresó.<br />
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Reiteró que vivimos en un mundo que atraviesa crisis de valores, en donde todos somos cómplices.<br />
Por casi dos horas con apoyo de videos e interacción con los asistentes, los invitó a reflexionar respecto a lo que trasmiten a sus hijos, a ser solidario y no tomar distancia de lo que uno ama.