Pide el Obispo de la Diócesis de Veracruz, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo a sacerdotes ejercer un sacerdocio bajo el signo de la misericordia, durante la homilía de la Misa Crismal.

Este jueves santo se realizó por la mañana la Misa Crismal en la Catedral de Veracruz “Nuestra Señora de la Asunción”, donde alrededor de 150 sacerdotes pertenecientes a la Diócesis de Veracruz acudieron a concelebrar con el obispo la renovación de sus promesas sacerdotales. Además de la bendición de los oleos y consagración del crisma que se utiliza como materia en los sacramentos.

“Conmemoramos el sacerdocio ministerial. Aquel que entregó Jesús en la última cena cuando instituyo la Eucaristía a los apóstoles, dándoles el mandato de renovar lo que él acababa de hacer y les da el poder sagrado de celebrar la Eucaristía, y de ahí derivan todos los otros poderes sagrados que Jesús les va a dar a los apóstoles, el perdón de los pecados, la unción del espíritu santo, la unción de los enfermos” explicó en entrevista previa Monseñor Luis Felipe Gallardo.

Cientos de feligreses acompañaron a los sacerdotes en esta celebración.

Durante la homilía el Obispo de Veracruz, Luis Felipe Gallardo recordó que este año la iglesia católica celebra el año jubilar extraordinario de la misericordia, a lo que mencionó “creo que es muy saludable releer desde esta perspectiva la celebración de toda esta Semana Santa, que está comenzando en su triduo fundamental: viernes, sábado y domingo, con esta eucaristía y la eucaristía de esta tarde”.

Subrayó que “el sacerdocio ministerial, de manera particular debe ser un sacerdocio bajo el signo de la misericordia, porque lo que nosotros estamos llamados a realizar no es otra cosa que estos gestos de misericordia de cristo Jesús para poder manifestar de esa manera, la misericordia de Dios nuestro padre por nosotros”.

“Darle este toque (misericordia) al ejercicio del ministerio trae beneficios verdaderamente notables, no es lo mismo hacer las cosas como de manera mecánica, de un ritualismo, como carentes de espíritu, que expresar a través del ministerio sacerdotal ese amor misericordioso de parte del señor” agregó.

Martín del Campo dijo a los sacerdotes que se trata de “una ocasión para fortalecernos en este propósito con la gracia del señor. Pedirle que su misericordia nos purifique de todo aquello que va deformando estos gestos de amor que nuestro ministerio sacerdotal debe expresar siempre, y que con la ayuda de su gracia podamos renovar hoy estos mismos propósitos, estas promesas sacerdotales con el fin de ser más generosos, de ser también más misericordiosos y expresar de mejor manera aquello que vino a realizar el hijo de Dios en medio de nosotros”.

Puntualizó que ante los desafíos de la cultura contemporánea del mundo actual, se requiere cada vez de mayor claridad, de mejor testimonio y de mayor generosidad.