En la ciudad de Veracruz y Boca del Río, la Cultura de Servicio Gastronómico ha ido de más a menos en los últimos 20 años: es comentario generalizado que el trato que dan meseros y empleados de bares, restaurantes, cafeterías y sitios de moda, deja mucho que desear.

Urge que tomen en serio el llamado las cámaras locales de Comercio y de la propia industria restaurantera: de qué sirven las grandes inversiones materiales en sitios algunos muy bellos, si el principal componente del buen servicio falla: el mesero, que es el primer contacto con la Clientela, el de empleados en caja, en baños, en estacionamientos, y principalmente: el personal a cargo de la cocina.

Los principales errores que notamos, y son recurrentes, en el servicio de los Meseros:

_Trato indiferente o francamente grosero.

_Lo contrario: exceso de confianza, confundidos de que el cliente no es amigo.

_Desaseo general: cabello, uñas, vestimenta. Muchos sin uniforme. Excesiva informalidad.

_No atender adecuadamente las solicitudes del cliente: errores comunes con los empleados de la cocina.

_Servir inadecuadamente: mucha cercanía con la clientela sobre todo femenina. Hacer "plática" cuando es evidente que no se desea.

_No comprender qué es la Cortesía elemental: buen trato y calidez, no es indagar en la vida personal de los clientes.

_Entender que si un cliente va todos los dias al sitio, no es por verlos a ellos: sino porque el sitio, los precios y los productos, le gustan.

Se requiere que la CANIRAC ofrezca cursos a los Meseros. El Sindicato de meseros de Veracruz hace tiempo no da entrenamiento básico a sus nuevas generaciones y se deja sentir la falta: supimos por ejemplo, que un joven mesero fue despedido del Gran Café de La Parroquia del contador Marcelino, por quejas de los clientes.

FRANQUICIA MAL ADMINISTRADA LA DEL CAFÉ ANDRADE FRENTE AL ACUARIO...

Una pena consignarlo porque el sitio es de una estupenda empresaria veracruzana, pero que dejó a una muy mala administración al frente de su negocio. Aquí es un ejemplo de cómo la inversión se puede venir abajo por culpa de los empleados.

Empezó muy bien este café en un sitio remodelado donde antes era "el cabrito" sobre el bulevard: la carta accesible de precios y el café de la firma Coatepecana muy bien, pero los meseros en general -con sus honrosas excepciones- son pésimos.

Una de las cajeras del turno de la tarde es un monumento a la grosería. Y todos ellos han protagonizado con la clientela, numerosos incidentes: desde tardanza en atender, alimentos mal presentados y el peor: cobros mal habidos.

El administrador nunca está, más que en las horas de comida, y los clientes fieles se han ido mudando a otras filiales de la franquicia. El peor mesero es uno que les dice a los clientes: "no hay limón", "fueron por azúcar", "se retrasó la cocina..." y, por las noches, que solo pueden dar "alimentos fríos", porque en la cocina ya guardan y limpian desde las 9 de la noche, aunque el café cierra a las 10.30 "para alcanzar el camión..." y presume haber sido "jefe de meseros" de uno de los cafés más populares del puerto. Pobre chico. La mesereada, como popularmente de dice, es todo un Arte.

El negocio de junto, "Café del Portal" en una casa hermosa y también remodelada en sus finos detalles, aunque no tiene un café tan bueno en sabor como "el Andrade", tiene una carta de alimentos más cara que su vecino, pero aceptable en presentación y sabor. Aquí empezaron de menos a más los meseros: la Clientela comentaba que los chicos tardaban en entender que estaban de servicio. Pero actualmente ya están más activos, serviciales y contestan el "Buenos días" que antes no lo hacían. Aquí la diferencia con el "Andrade" es que el dueño está presente desde la apertura de su negocio, haciendo fiel el dicho aquél de que: "Al ojo del Amo, engorda el caballo".

PÉSIMOS LOS DE LOS BARES DE TODO A 18 O 20 PESOS...

Las franquicias de bares como "Carranza", en la conurbada, cuyos alimentos y bebidas los ofertan "todo a 18 pesos" o "todo a 20 pesos", han sido un "boom" entre la Juventud, pero de nueva cuenta los meseros o las administraciones, le dieron en la torre al concepto: al tener a hombres que rebasan los 40 años o más, son descorteses y parece que los sacaron de antros de otros giros: no saben atender a las Clientas y se exceden en descortesía o en demasiada confianza.

Y lo peor: en las cuentas traen la leyenda "propina sugerida" que es un 15 por ciento del total del consumo. La propina es opcional, no es obligatoria. Y se ve pésimo que ahora, a raíz de la situación del estado, presionen para ganar más, y ahora hasta restaurantes como Sambors en Independencia, los cajeros le pidan al cliente "la propina para el que le atendió".

Veracruz y Boca no puede ir en retroceso en relación a otros destinos turísticos. Va de por medio la vida misma de los negocios. Hasta la próxima...