Esta semana me presenté, contribuyente cumplida como soy, a realizar mi declaración anual en las oficinas del Sistema de Atención Tributaria en Xalapa. Este año, a diferencia de los anteriores, no pude ver previamente mi constancia de retenciones por parte de la Secretaría de Educación, mi patrón principal, quien enteró directamente esta información al SAT.
Cuando el asesor abrió la declaración pre-cargada, y me informó el monto resultante, casi me da un supiritaco…¡Representaba cuatro veces más de lo que pagué por el 2016! Puse el grito en el cielo, me inconformé, revisamos juntos el asesor y yo y descubrí que la SEP estaba informando que percibí en el 2017 cuatro veces más de lo que realmente me pagó. Cuando le hice notar esta situación al asesor, me dijo lacónicamente que primero realizara el pago ( me ofreció muy “amablemente” parcializarme los pagos), y que después aclarara con el patrón y, si resultaba alguna diferencia a mi favor, que Hacienda me la devolvería.
Me retiré furiosa y pasé todo el día con la calculadora, lápiz y papel haciendo cuentas ( mis ingresos son tan escuetos que no pago un contador y yo llevo mis declaraciones mensuales y mi contabilidad por mí misma), hasta que detecté el error: la SEP me estaba contabilizando, en varios meses, el doble de los CFDI que realmente me había pagado, además de considerarme en otros, el impuesto sobre la renta como ingreso y no como deducción.
He llamado a la asesoría telefónica del SAT y después de mucho alegar, me informan que, efectivamente, la SEP tiene más de un millón de CFDI emitidos por duplicados en el 2017, y que puedo meter una solicitud de conciliación o incluso, una denuncia por evasión o fraude fiscal.
¿Qué tal? Esta experiencia vivida me puso a reflexionar sobre lo injusto de nuestro sistema tributario, donde los que menos tienen pagan más o incluso, somos víctimas de situaciones fraudulentas.
A pesar de eso, la base tributaria del país ha mantenido una tendencia a la alza en los últimos años, pues somos sin duda un pueblo noble. A la dependencia recaudadora ( la Secretaría de Hacienda) le preocupa mantener este ritmo, y hacer que los mexicanos paguemos cada vez más impuestos, pues con todo, somos de entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) una de las naciones que se ubica entre los niveles más bajos de recaudación.
Tal vez el verdadero problema no sea la baja recaudación, sino la evasión fiscal, que es de alrededor del 40%. Pero cómo no, si miren cómo nos va a los cumplidos.
Yo creo que pagar nuestros impuestos es un asunto de responsabilidad social ciudadana. Otra cosa será lo que hagan las autoridades con ese recurso, pero los ciudadanos tenemos la obligación de contribuir y mostrar sentido de pertenencia y preocupación por la comunidad, interés por los asuntos del colectivo.
Pero también, necesitamos en principio, estar atentos al cobro que nos realicen, para que sea con verdad y con justicia, y después, atentos y exigentes con el uso que se les da a nuestras participaciones, a nuestros recursos.
Comparto mi experiencia para que pueda ser de ayuda a algunos amables lectores que también, en este mes, estén embromados con la declaración anual. Revisen lo precargado y si es necesario, acudan a un especialista para detectar situaciones irregulares que de otra manera, podrían pasar desapercibidas.
