CIUDAD DE CURITIBA.-A finales de la tarde del viernes, 16 de febrero de 2018, el presidente Temer firmó el decreto que falló la intervención federal en la seguridad de Río de Janeiro.

La medida adoptada tiene por finalidad reprimir el crimen organizado que transformó la ciudad en un lugar de nadie.

Los bandidos atacan a cualquier hora del día o de la noche a los ciudadanos con armamento pesado que ni la policía posee.

El decreto nombró como interventor o general del Ejército, a Walter Souza Braga Netto, del Comando Militar del Este.

A partir de su nombramiento, pasó a ser responsable del comando de la Secretaría de Seguridad y policías civil y militar, cuerpo de bomberos y de todo el sistema carcelario de Rio de Janeiro.

Esta intervención federal que debe durar hasta el 31 de diciembre de 2018 aunque ya se están efectuando acciones en las prácticas, el decreto aún necesita pasar por el Congreso Nacional para ser avalado.

Durante la firma del Decreto Temer afirmó: "Tomo esta medida extrema porque las circunstancias así lo exigen. El gobierno dará respuestas duras, firmes y adoptar todas las providencias necesarias para enfrentar y derrotar el crimen organizado y las pandillas". Esas medidas según él pretenden “restablecer el orden”.


PARA ENTENDER EL MOMENTO…

Desde julio de 2016 Temer ya había firmado un Decreto de Garantía de la Ley y de la Orden - GLO, con el que las fuerzas armadas ya estaban actuando en Río de Janeiro.
El nuevo Decreto es el resultado de una solicitud de ampliación de la GLO efectuada por el gobernador de Río de Janeiro Luiz Fernando Pezão.

La intención era que vinieran más recursos de las fuerzas armadas para la seguridad de Río, pero auxiliado por el Ministro de la Defensa, Raul Jungmann y por Sérgio Westphalen Etchegoyen, actual Ministro Jefe del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de Brasil; el presidente Temer optó por la intervención militar en la seguridad de Río de Janeiro.


LAS ACCIONES DEL INTERVENTOR

Según el General Walter Souza Braga Netto habrá una fase de planificación en la que se realizará un estudio cuya intención será fortalecer el sistema de seguridades de Río de Janeiro.

El ministro de Defensa Raúl Jungamann afirmó que las acciones serán facilitadas porque el sistema de seguridad de Río de Janeiro ya está integrado.


UNA ACLARACIÓN A NUESTROS LECTORES

La ciudad de Río de Janeiro fue la segunda capital de Brasil (1763-1960), además de ser la ciudad donde se establecieron 15.000 cortesanos, con el traslado de la corte portuguesa en 1808, que se mantuvo allí durante 13 años.

En los 197 años de capital del país surgió en Río de Janeiro una sociedad con enormes desigualdades sociales. Como capital de Brasil, Río de Janeiro se convirtió en un polo de atracción -de gente de todas partes, principalmente los más humildes que hacia allí se dirigieron en busca de una vida mejor.

Esto aliado a los conflictos en que viven los seres humanos, causados por la modernidad viene transformando la ciudad en un lugar de entornos enfrentados.

Como no podía dejar de ser, la ciudad vivió un proceso de “favelización” desde la época de la llegada de la Corte que desalojó a los propietarios de sus casas para que fueran habitadas por los cortesanos.

Posteriormente con la liberación de los esclavos, sin ningún objeto social, estos individuos lanzados a las calles sirvieron para engrosar el contingente de excluidos sociales del país.

Fue esa situación que hizo surgir los primeros pobladores de las colinas cariocas, que se posesionaron de esas tierras de forma irregular, y construían sus casas del material que encontraban, pero poco a poco conforme iban mejorando sus condiciones de vida sus casas también pasaron por mejoras, o sea: muchos son trabajadores.

Es evidente que a esas colinas (morros en portugués) también fueron a vivir, como en cualquier lugar, personas de mala índole, que formaron sus grupos criminales y pasaron a dominar la localidad.

Este proceso, en Río de Janeiro adquirió características que hoy en 2018, son incontrolables.

Río de Janeiro vive un conflicto que se asemeja al de los países que están en guerra, incluso con la ocupación del ejército el fin de semana del 17 y 18 de febrero, por lo que un día después del Decreto de Temer, murieron 17 personas y 16 fueron heridas.

Pero los analistas de la noche ¿qué dicen sobre el Decreto de Intervención en Río de Janeiro?

El sociólogo Renato Sérgio de Lima, director-presidente del Foro Brasileño de Seguridad, afirma que el decreto es "una jugada habilidosa en términos políticos, pero es sólo tópica porque es de corto plazo". En su entendimiento la decisión "es igual a un anestésico para ayudar a limpiar la herida, pero la herida no será cicatrizada con esa medida".

Para Fernando Abrucio, científico político de la Fundación Getúlio Vargas de São Paulo, "La solución fue hecha sin la menor planificación, mirando el calendario electoral. (...) Puede ser más un paliativo para los próximos meses, dar la impresión y ahí conseguir construir un candidato, disminuir la impopularidad. (...)

La frase de Sarney al lanzar el Plan Cruzado era: 'tiene que dar cierto'. Esta es la frase de Temer. Pasado algunos meses, se vio que el Cruzado no había atacado ninguno de los problemas estructurales de la inflación. Lo que Temer hizo fue un Plan Cruzado.

El profesor adjunto del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia (UnB), David Verge Fleischer, afirma: "La cuestión de la violencia en Río de Janeiro es estructural, así como en otros estados. Estas medidas de emergencia son un riesgo muy grande. "Pueden funcionar bien y garantizar un aumento en la popularidad, pero para ello hay que combinar con el crimen organizado".

LOS JUEGOS DE INTERESES

Es decir, están en juego muchos intereses pues de aquí a 8 meses, tendremos elecciones para presidente de la república, gobernadores de los estados, diputados federales, senadores y diputados estatales.

El horizonte es dudoso: el único candidato hasta el momento es Luis Ignacio Lula da Silva que no sabemos si va a poder competir porque ese mismo juego de interés está creando cada día más posibilidades, para que sea llevado a prisión.