17.Octubre.2016
ADOLESCENTES MALTRATADORES
Por
DENUNCIAN A YUNES LINARES POR AGRESIÓN
Columnas anteriores
11.Septiembre.2018



Es una forma de conducta que veo lastimosamente multiplicarse: los adolescentes maltratadores de sus padres. Me refiero al chiquillo o chiquilla que te contesta con un “Es mi vida, no te metas” o peor aún, con un “cállate y déjame en paz” a veces acompañado de algún insulto o una andanada de malas palabras.

Creo que antes que avergonzarnos o culpabilizarnos por esas conductas que a veces tienen nuestros hijos de esta edad, lo importante es tratar de entender porque ocurre esto y además, actuar a tiempo para detenerlo.

Porque algo tenemos que hacer…Vivir la educación de nuestros hijos adolescentes como un castigo o una enfermedad inconfesable, no es el camino.

Para empezar, debiéramos darle un nombre a este tipo de conductas de los muchachos, y lo tienen: se llama maltrato.
Hay que tener claro que por difícil que nos parezca, nuestros hijos de doce, de catorce, de diecisiete (e incluso, los especialistas en neuroetología señalan que prácticamente hasta los veintiuno se cierra este proceso) no están “terminados”, siguen en este proceso de cierre del neurocórtex y por lo tanto, muchas conductas impulsivas son normales.

Estamos educando y por lo tanto somos espejo, somos modelo, somos guía. Y nos toca enseñarles a nuestros hijos que ellos son los protagonistas de su vida y por tanto del malestar de su vida, y hacerles ver las consecuencias que tiene no aprender a controlar este malestar.

La autoridad de un padre no se mide por lo que hacen los hijos sino por la capacidad de aplicar, sistemáticamente, las consecuencias que determinamos van a tener sus comportamientos. Pero ojo: el maltrato no se puede contrarrestar con maltrato, así que las bofetadas, los gritos y los castigos, no caben como medida contra esta conducta adolescente.

Primero que nada, no hay que callarse. Hablar con el chico o chica, pero después de unas horas o unos días, en frío, y decirle cómo nos han hecho sentir los insultos escuchados en boca de quien tanto queremos, preguntarle si cree que es mejor persona por insultarnos, y sobre todo, aclararle que no le tenemos miedo.

Después de hablar, se vale fijar una consecuencia para esa conducta, como un tiempo sin dinero o sin internet. Y sobre todo, cuidar lo que hacemos y decimos, porque los chicos están observándonos siempre y para ellos no hay nada más insultante que la incongruencia.

En nuestras manos está evitar que se consoliden como maltratadores.

¡Hasta mañana!


  QUIÉNES SOMOS  
© Toda la información de este Portal Informativo está protegida por la Ley de Derechos de Autor Los medios que deseen reproducirla pueden contratar.