15.Octubre.2016
RELACIONARNOS CON AMOR
Por
DENUNCIAN A YUNES LINARES POR AGRESIÓN
Columnas anteriores
11.Septiembre.2018



Si pensamos en ello, tendremos que admitir que muchos de nosotros estamos buscando relacionarnos más amorosa, pacífica y respetuosamente con nuestros hijos. Somos muchos los que dejamos de usar las amenazas, los gritos, los premios y castigos. Sin embargo, si somos honestos, tendremos que admitir también que en el fondo, seguimos teniendo la intención de cambiar su comportamiento.

Creo que muchas madres jóvenes han podido dar el salto cuántico de pasar de una crianza convencional a una crianza más consciente, pero aún permea la intención de lograr obediencia, control, complacencia de parte de los hijos.

A mí me parece que este es el paradigma que tenemos que romper… Yo creo que no se trata de utilizar “estrategias” más amorosas para seguir logrando obediencia y sumisión. El verdadero amor parental consiste, creo yo, en aceptar a nuestros hijos como son, sin pretender cambiarlos.

Creo que como padres, nuestro objetivo primordial debería ser mantener la paz y la armonía en nuestros entornos familiares. Sé que suena muy “new age”, pero la experiencia me ha demostrado que cuando los niños se ven aceptados de verdad, amados por quienes ya son y no por quienes nos gustaría a sus padres que fueran, “conectan” mejor, cooperan más, y son más capaces de gestionar sus emociones negativas. Y esto pasa en todas las edades, desde los bebés hasta los adolescentes. Cuando nos relacionamos con ellos desde el amor y la aceptación, en lugar del juicio y la exigencia, todo empieza a cambiar mágicamente.

Pero insisto: no por ser más amorosos y respetuosos con nuestros hijos ellos van a ser como nosotros queremos y necesitamos que sean. El punto está en aceptar y entender que ellos son perfectos siendo como son y que nosotros necesitamos aceptarles tal y como ya son.

Querer cambiar su comportamiento no es relacionarnos desde el amor, y no debe ser nuestro objetivo en la crianza. Sin embargo, hacerlos sentir mejor (amados y aceptados), puede provocar una paz interior (tanto a quien lo da como a quien lo recibe) y dicho bienestar, podría provocar un cambio de actitud, como efecto secundario. Practiquemos entonces, el amor incondicional con nuestros hijos.

¡Hasta mañana!


  QUIÉNES SOMOS  
© Toda la información de este Portal Informativo está protegida por la Ley de Derechos de Autor Los medios que deseen reproducirla pueden contratar.