29.Agosto.2016
EL PRIVILEGIO DE VIVIR JUNTO AL MAR
Por
DENUNCIAN A YUNES LINARES POR AGRESIÓN
Columnas anteriores
11.Septiembre.2018



Uno de mis recuerdos más valiosos de la infancia, es el de esas tardes de calor en que íbamos custodiados por mi nana Juana a pasar las tarde en las playas de Villa del Mar, a cazar cangrejos y pequeños pecesitos metidos entre las piedras de las escolleras, que con mucha compasión, Juana devolvía al agua…Después, nos quedábamos oteando al horizonte, porque era común ver manadas de toninas que se acercaban a buscar su cena cada tarde, al caer el sol. Mirar la imponente grandeza del mar nos hacía sentir tan pequeños, tan vulnerables…

Ese recuerdo volvió a mi mente el domingo pasado, en que me desperté muy temprano para ir a la playa de Chachalacas con mis hijos y tuvimos el privilegio de contemplar la agradable aparición de un cachalote ( no sé de qué especie, pero ballena al fin), y muchos delfines escoltándolo.

Me sorprendí muchísimo porque de verdad no pensaba que hubiera en esas playas, que no se distinguen por su limpieza, tanta vida marina…Pero aún están ahí, y no pude evitar sentir su llamado al cuidado y la protección de nuestra parte. La grandeza del mar es muy vasta, pero tristemente, no es inagotable.

En estos “tiempos difíciles”, la capacidad de depredación y destrucción de la especie humana se ha ensañado especialmente con el mar, al que tiramos cualquier cantidad de desperdicios y deshechos, usándolo como el drenaje y el basurero del orbe entero.

Pero la capacidad de amortiguar el impacto ecológico de nuestro errado actuar, se les está agotando a los océanos, y esto es una tragedia, porque su papel sobre la preservación de la vida es fundamental.

Más de dos terceras partes de la superficie terrestre son de mar, conteniendo el 97% del agua en el Planeta. A través del ciclo hidrológico, gracias a los mares contamos con el agua dulce que todos requerimos.

Su enorme superficie recibe cotidianamente el calor y la luz del Sol, por lo que es el principal regulador del clima en el Planeta. En él habitan cerca de 180 mil especies que dependen de una delicada red alimenticia que inicia con el fitoplancton, un microorganismo capaz de convertir la luz del sol en alimento, y que captura casi al 50% del bióxido de carbono que producimos, evitando que se incremente peligrosamente el efecto invernadero.

Los mares puede acabar siendo la principal fuente de proteína para la alimentación humana, produciendo actualmente, aún en condiciones de descuido y sobreexplotación, 76 millones de toneladas de pescado al año.

Creo que todas estas son razones suficientes para reconocer su importancia y aportar lo que esté en nuestras manos para su protección. Hay varias formas:
Primero, reducir nuestro consumo de energía, para ayudar a disminuir los efectos del cambio climático sobre los mares; consumir productos del mar obtenidos mediante pesca sustentable, y elegir especies no sobreexplotadas; evitar consumir productos del mar en tiempos de veda.

Muy importante también es aprender a consumir menos productos de plástico, y los que usemos, desecharlos de manera adecuada para evitar que vayan a dar al mar, matando a miles de especies marinas que confunden las tapas, las botellas y las bolsas con comida.

Y algo muy sencillo: cuando vayamos al mar, ocupémonos de mantener las playas limpias. No sólo recogiendo nuestra propia basura; apoyemos con una bolsa grande levantando y sacando de la arena todos los desperdicios que podamos en cada visita.

Respetar y proteger al mar, significa respetar y proteger la vida. Cuidarlo y protegerlo es lo menos que podemos hacer, para agradecer el privilegio de vivir junto al mar.

¡Hasta mañana!


  QUIÉNES SOMOS  
© Toda la información de este Portal Informativo está protegida por la Ley de Derechos de Autor Los medios que deseen reproducirla pueden contratar.