24.Agosto.2016
LAS VISITAS POST-PARTO
Por
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11.Septiembre.2018



Después de tres semanas, y ya en su casa, he visitado a mi primer sobrino nieto siguiendo mis propias normas al respecto. Una visita corta, de estrictos cinco minutos, que fueron suficientes para hacerles sentir mi cariño a los padres primerizos y conocer en persona a ese adorable bultito llamado Leo.

La verdad es que creo que las normas sociales que implican visitar a las madres recién paridas y a sus bebés en el hospital, con un regalito, cargar a las pequeñas criaturas en brazos, y armar una tertulia familiar con motivo de los nacimientos, aunque bienintencionadas, no son en absoluto razonables.

Claro que detrás de estas visitas, está el hecho de que todos los que quieren a la madre y al hijo, o al padre del bebé, están deseosos de compartir su alegría, y se sienten también exultantes de gozo por el advenimiento.

Pero precisamente por este cariño que se tiene para la nueva familia, creo que los amigos y familiares debiéramos ser más considerados. Imaginemos como es para la mamá primeriza, agotada por la prueba física del parto, con las hormonas revolucionadas y ocupada en tratar de descifrar las demandas de ese pequeño ser que exige todo de ella, tener que ocuparse de atender a las visitas.

Yo pensaría que los primeros días después del nacimiento de un pequeño, debieran ser vividos en total recogimiento, con mucha paz para recuperar las fuerzas y empezar a acoplarse a la nueva presencia del bebé.

Yo tengo mis propias ideas al respecto…Igual se las comparto por si deciden aplicarlas con algunos papás recién inaugurados que quieran visitar.

Primero, nunca hacer la visita en el hospital. Tanto la madre como el pequeño requieren recuperarse, conocerse, descansar. Tampoco visitar a la nueva familia a los pocos días de su regreso a casa…Se requiere de un tiempo de adaptación y organización doméstica cuando llega un bebé a un hogar que no debiera ser interrumpido con vistas inoportunas.

Nunca presentarse sin avisar. Siempre hay que llamar, y si por alguna razón los papás sugieren que no es un buen momento o ponen una fecha posterior, respetarlos.

Una vez en la casa, guardarnos nuestros comentarios sobre el pequeño, su aspecto, y las preguntas y consejos no pedidos (“ ¿duerme bien?” “¿le das pecho o biberón?”), que pueden llegar a ser agobiantes. Tampoco creo que es cortés cargar al bebé a menos que nos lo sugiera la propia madre. Y hacer la visita corta, muy corta, en un horario apropiado.

Simple y sencillamente respeto y comprensión, uso de la empatía y el sentido común.

¡Hasta mañana!


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