Le explicación más común de los chicos o chicas adolescentes que no tiene buenas calificaciones escolares, siempre es: "No aprendo porque me aburro en clase" o “el maestro me aburre”. Y lo dicen con el ceño fruncido y una mezcla de resignación con aflicción, pero siempre convencidos de que esa es una justificación aceptable. Algunos padres les “compran” esta justificación y van a la escuela a reclamar a los maestros por no estar actualizados, o por no mostrar técnicas y situaciones didácticas nuevas e interesantes.
Así, algunos padres responsabilizan a los maestros o a la escuela; los chicos culpan a la escuela o al profesor, y para los maestros, la situación es provocada por los padres o los alumnos…Pero lo cierto es que para que un proceso educativo sea realmente formativo y exitoso, se requiere de la participación y compromiso de todos, cada uno asumiendo sus propias responsabilidades. Se trata entonces, de un verdadero trabajo en equipo.
Pero si tuviéramos que elegir a un líder o a alguno de los integrantes con más peso para lograr el objetivo del equipo, éste sin duda serían los padres. Y es que, aunque el resultado final será producto de un trabajo colaborativo escuela-padres-maestros-alumno, creo que es de los padres de quien depende en gran medida que los chicos tengan claro cuáles son sus obligaciones y que se interesen por sus estudios.
Los padres de familia tendríamos que ser un pivote sobre el que descanse el proceso enseñanza-aprendizaje, pues tenemos que apoyar en su trabajo pedagógico tanto al maestro, como a los muchachos y muchachas en su esfuerzo por aprender.
Y una forma efectiva de apoyar es mostrar interés por las actividades diarias de nuestros hijos, para que ellos emulen esa actitud en la escuela. Si nuestro interés es genuino, mayores serán las posibilidades de que el interés de los niños por lo que están haciendo en la escuela también aumente.
Mientras los padres estén involucrados en el desarrollo y buen desempeño de sus hijos de manera activa, en el salón de clases es importante que el proceso de educación se lleve a cabo en un entorno que facilite el aprendizaje, ofreciendo un ambiente óptimo para que los alumnos absorban tanto como sea posible. Y un factor muy importante de este ambiente favorable es la motivación de los chicos y chicas.
Entonces, entre las responsabilidades de un maestro está la de generar un ambiente motivante en el aula, para lo cual el docente debe conocer a sus alumnos, saber qué tipo de inteligencias poseen y cuáles son sus áreas de mejora, dominar las disciplinas y el currículo que se enseñan, actualizarse y buscar formas de fomentar el pensamiento crítico en los muchachos.
Pero los padres también tendremos la responsabilidad de interesarnosMAMAENTUIE en las actividades escolares de sus hijos, pero además formarlos para el respeto, la tolerancia, la solución no violenta de conflictos, así como de dejarles siempre claro cuáles son sus obligaciones y lo que se espera de ellos.
