22.Junio.2016
HOMOFOBIA RAMPANTE
Por
DENUNCIAN A YUNES LINARES POR AGRESIÓN
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11.Septiembre.2018



En estos “tiempos difíciles”, en el marco de la violencia generalizada que observamos crecer cada vez más y más en el país, la homofobia no ha sido la excepción.
México es el país que ocupa el segundo lugar a escala mundial en crímenes de odio por homofobia, después de Brasil; en los últimos 19 años se han registrado mil 218 homicidios por esta causa en el país, aunque se estima que por cada caso reportado hay 3 o más que no se denuncian.
Estas son cifras dadas a conocer en el Foro Homofobia y Derechos Humanos en México, organizado por la Universidad Autónoma de México (UNAM) el mes pasado, y en el listado de los estados con mayor incidencia Veracruz ocupa el cuarto lugar, sólo precedido por la Ciudad de México, el estado de México, y Nuevo León.
Recientemente, los hechos de Orlando, nos abrieron los ojos respecto al poder destructivo que la homofobia puede alcanzar: 49 muertos y cientos de heridos en el tiroteo en el bar gay Pulse, por cuenta de un fanático musulmán.
Unas semanas antes, aquí en Xalapa, habíamos vivido el horror de la matanza en el bar Madame, que dejó como saldo reconocido seis muertos, aunque algunas fuentes no autorizadas hablaban de diez. Aunque el móvil de este crimen se vinculó a un ajuste de cuentas del crimen organizado, no puede descartarse, por la saña con que se efectuó, un tinte homofóbico.
Y finalmente, la airada reacción de la clase política más rancia del país y de los sectores clericales (católicos y protestantes), contra la iniciativa de ley propuesta por el Ejecutivo para autorizar la realización de los matrimonios igualitarios con reconocimiento de la ley civil en México. Incluso, algunos conservadores líderes de opinión dejaron ver que la causa de la derrota del partido en el poder en las pasadas elecciones, pudo haber tenido su origen en esta propuesta presidencial.
Personalmente, no comulgo con ninguna actitud ni idea que fomente la discriminación, el escarnio y la segregación. Creo que la equidad (social, sexual, de trato, de oportunidades) empezarán a darse en el país cuando aceptemos que todos somos diferentes, y siempre la tolerancia y el respeto a la diferencia sexual me parecerá más sana que el odio.
Hasta hace poco, se conceptualizaba a la homosexualidad como una enfermedad…Para mí, la verdadera enfermedad es la homofobia, causante de tantas agresiones y muertes en el mundo. Y no es innata a los seres humanos: se aprende en un proceso social, en el que la familia tiene un peso específico.
Vigilemos en casa entonces nuestro discurso y nuestras actitudes sexistas, para ir cambiando poco a poco esta cultura de la segregación, y construir una sociedad más justa, inclusiva y equilibrada.

¡Hasta mañana!


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