21.Julio.2021
XICO BAILA POR SANTA MAGDALENA, SIN MIEDO AL COVID
El pueblo mágico recibe al turismo capitalino, hidalguense y poblano, y varios extranjeros....
Por VERÓNICA HUERTA/ ESPECIAL
Foto: / VERÓNICA HUERTA /
Por: VERÓNICA HUERTA/ ESPECIAL /

XICO, VERACRUZ, 21 de Julio, 2021.-A uno del 22 de julio, día de la celebración a Santa María Magdalena, este "Pueblo Mágico" de Xico lo volvió a hacer, al igual que el año pasado: en medio de la pandemia del coronavirus con 20 casos sospechosos, 26 defunciones y 120 enfermos confirmados, los ciudadanos y turistas se amontonaron, bailaron, brincaron, bebieron a gusto, sin restricciones, sin ninguna autoridad municipal o estatal que les recomendara guardar la sana distancia o usar cubrebocas.

La fiesta llegó a la calle Hidalgo de la cabecera municipal desde las 12:00 horas de ayer martes, todo es música de banda, ruido de cencerros, toros adornados con colores y juegos pirotécnicos, y ni se diga de sus participantes caminan alegres con bebidas espirituosas en las manos; del covid-19 y sus cepas variantes mutantes ni se acuerdan.

 Las manos de los turistas y vecinos de Xico van ocupadas con botellas y latas de cervezas, otros llevan las botellas de licor morita y el verde, se las empinan a boca de jarro y encima de ellos hay un sol quemante del verano 2021.

 Los turistas llegaron a Xico, y vienen de la Ciudad de México, de Puebla, de Hidalgo, y otros son extranjeros se nota por su forma de hablar, su idioma, su color güerito, y sus ánimos de convivir con los jóvenes que cargan cencerreros, de bailar y que no pare la banda de tocar.

 Algunos hombres con sus cencerros colgados al cuerpo ni han dormido, se siguieron la fiesta de la noche del lunes hasta amanecerse y así poder terminar con el arreglo del famoso “Torito de Cuetes” que pasean en la calle Hidalgo hasta llegar a la calle Benito Juárez frente a la iglesia de Santa María Magdalena.

 En contraparte, por primera vez, los fervientes a Santa María Magdalena no pasearon el arco hecho a base de  flor de cucharilla cómo se hacia año con año, sino que se concentraron en la parte posterior a la iglesia y ahí lo adornaron.

 Hubo restricciones, no se podía pasar hacía donde trabajaban los hombres que adornaban el arco; según los católicos no había que amontonarse para evitar contagios del coronavirus.

 El arco de flor de cucharilla alcanzaba a cubrir la puerta de la iglesia y más arriba todavía, superaba los 10 metros, y quedo listo para recibir a los adoradores de Santa María Magdalena, que llegarán a visitarla el jueves.

A su vez los cencerreros, trataban de aguantar los 60 kilos aproximadamente que pesaba la estructura que sostenía cada uno de los toros de cartón y juegos artificiales que armaron.

 Alejo, de 22 años, de oficio albañil estaba contento, bailaba y cantaba y le insistía a su novia que se tomará una cerveza, la chica de apenas 16 años le respondía que no, que prefería un refresco, pero él insistía que bebiera alcohol, finalmente ella logró no consumir alcohol.

 Alejo contó que desde en la mañana comenzaron a beber los hombres; se reunieron por grupos en cada uno de los barrios de Xico para organizarse y ver quién cargaría el “Torito”, y de paso se echaron unos tragos de cerveza para amenizar el ambiente, darle tiempo al reloj que marcará las 12:00 horas y salir a las calles.

 Los cencerros que cargaban, cada uno le costó 50 pesos. Alejo presumió que en su cuerpo traía 40, lo que según sus cuentas eran dos mil pesos los que había invertido para hacerlos sonar este día y bailar por las calles con el torito del barrio del Cristo Rey.

 “Nosotros somos del barrio CR, significa Cristo Rey, y gastamos seis mil u ocho mil pesos en el torito, lo que se haya gastado no importa, eso vale nada, lo importante es venerar a nuestra Santa, la Santa, la Santa María Magdalena, la que nos cuida todo el año, la que ve por nosotros” explicó Alejo con palabras entrecortadas que apenas se le entendían, porque la lengua se le atoraba con cada trago de  cerveza que se echaba.

 Finalmente, la procesión de los cencerros bailó y bailó hasta cansarse. Eran las 15:00 horas y por lo menos 500 personas seguían en la calle Hidalgo; el calor y los rayos del sol ya no los sentían, era más su entusiasmo por seguir la fiesta que cuidarse de los contagios del coronavirus.

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