Sí es impresionante para quienes la conocieron y bajaron a disfrutar el oasis en medio del mar del Golfo: la pequeña isla de coral, muy cerca de la isla de Sacrificios frente a la ciudad de Veracruz, y conocida popularmente como “Cancuncito” ya no existe.

Quedó bajo el mar por lo menos a una profundidad de metro y medio en algunas de sus partes, y en otras rebasa los dos metros sumergida. La razón: un cambio de corrientes marinas, la contaminación y la elevación natural del nivel del mar. Todo ello en un lapso de aproximadamente 5 años.

Don Bernardo Hernández Guzmán, es el líder de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera que en Federación, agrupa a 900 pescadores de Veracruz, Antón Lizardo en Alvarado y del municipio de Úrsulo Galván, y no duda en precisar que “Cancuncito” la isleta coralina a la que se podía bajar, desapareció por efecto del Cambio Climático.

En un recorrido de EL MERCURIO DE VERACRUZ por las islas frente a la ciudad emblema del estado, se pudo constatar que también la fauna marina emigró de la zona: muy pocos peces se pueden avistar en las inmediaciones de Isla de Sacrificios, “Cancuncito” ahora sumergida aunque su base coralina intacta, y de la isla Verde: don Bernardo lo atribuye a la contaminación que desciende del vecino Río Jamapa.

NI LAS TORTUGAS PUEDEN ANIDAR POR INUNDACIÓN DE BASURA…

Don Bernardo que empezó a ir al mar del Golfo a sus 16 años y durante todo este tiempo –rebasa los 50 años- ha visto los cambios en la bahía de Veracruz, así como el progresivo deterioro por Contaminación: admite que hay “turismo bueno, consciente pero también malo”, y es este último el que depreda el ecosistema de esta inmensa área inscrita en el Sistema Arrecifal Veracruzano: los turistas sin vigilancia se llevan corales, piedras, cargan con animales “había iguanas verdes muy grandes en Cancuncito, se las llevaban…”

También y lo peor: las tortugas que antes arribaban a las islas a desovar ya no pueden: “porque hay mucha basura, se encuentran la basura y no pueden llegar a la orilla, se van…” indica el experto pescador, quien acompañado de su sobrino Luis, de 19 años, y quien estudia ya en el ITBOCA, nos permiten recorrer las zonas alrededor de las islas y comprobar la escasa fauna y la elevación de los niveles del mar en algunas áreas. La más impresionante es la de “Cancuncito” isleta a la que se podía bajar e incluso sentarse con mar a la cintura para una persona de mediana estatura. Incluso los turistas se sentaban en pequeñas “pozas” de piedra que libraban las peligrosas corrientes de mar abierto donde se encuentra.

En menos de cinco años esta “Cancuncito” que algunos lancheros turísticos en el bulevard siguen promocionando a gritos con precios de 200 pesos por persona, ha desaparecido bajo el mar: sólo quienes sepan nadar podrán aventarse sobre su lecho de coral y sentir la piedra viva bajo sus pies: los que mantengan pánico al agua mejor abstenerse: la isleta quedó sumergida en casi dos metros en algunas partes. Sin pozas pero con corrientes submarinas muy fuertes.

¿Es por el cambio climático? Se le inquiere a don Bernardo, y no duda en aceptar que sí: que hay cambios visibles y palpables en el mar frente a nuestras costas.