17.Junio.2018
LOS MEJORES Y PEORES PADRES, EN LA LITERATURA, LA POESÍA Y…LA VIDA
A don Miguel Rivera Argüelles, en su Memoria: gracias Pá, de todos tus hijos, hijas, nietos…
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Generalmente honramos a las Madres: el “día especial” en México, es una oda a la cursilería y rara vez al reconocimiento genuino por las Mujeres que parieron y no sólo eso: nos Educaron bien y vieron compensados sus esfuerzos.

En cambio para los Padres, en nuestro país, el homenaje comercial se ciñe a ello y no nos despertamos con “Mañanitas” ni los restaurantes están llenos desde temprana hora. Hoy, que además se celebra el partido de México en la justa mundialista del fútbol en Rusia, acaso ese sea, para muchos padres, el mejor regalo: que los dejen ver el partido en Paz con los amigos, o con una familia comprensiva y genuinamente cariñosa.

Para no dejar pasar el día, honramos brevemente con textos literarios, poéticos y algunas “perlas” de la vida cotidiana, la fortuna de tener o haber tenido, a un Padre maravilloso en nuestras vidas: que si se nos permitiera elegir, elegiríamos el mismo, acaso más sano, con más recursos económicos, y más longevo.

A quienes significaron sólo sus vidas, dolor o ausencia: para ellos también. Para quienes fueron presión y angustia, y una eterna vigilancia aún más allá de la Muerte. Para todos: mejores y peores: un abrazo por haber otorgado la Vida. Qué más regalo.

Y también para aquellos, que sin engendrarlos, han sido mejores padres que los biológicos: acaso más dignos de reconocimiento hoy, por echarse a cuestas esa tarea: a todos muchas gracias por ser papás.

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MI PADRE
JUAN DE DIOS PEZA


Yo tengo en el hogar un soberano
único a quien venera el alma mía;
es su corona de cabello cano,
la honra es su ley y la virtud su guía.

En lentas horas de miseria y duelo,
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fe con que me habló del cielo
en las horas primeras de mi infancia.

La amarga proscripción y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida;
es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida.

Ve del mundo las fieras tempestades,
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como Cristo el Tiberíades,
de pie sobre las horas encrespadas.

Seca su llanto, calla sus dolores,
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.

Me ha dicho: «A quien es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al más ligero soplo se deshoja.

»Haz el bien sin temer el sacrificio,
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.

»Si eres pobre, confórmate y sé bueno;
si eres rico, protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado.

»Ama la libertad, libre es el hombre
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia.»

Este código augusto, en mi alma pudo,
desde que lo escuché quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.

Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!

La nobleza del alma es su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.

Siendo el culto de mi alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.

Quisiera el cielo que el canto que me inspira
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
estos dignos de su nombre sean.

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LA VOZ DEL INVÁLIDO

ANTONIO PLAZA
(Fragmento)

Conque, Andrés, ¿vas a partir?
¿Se torna en rapaz el hombre?
¡Bien!...Escucha y no te asombre,
Andrés, lo que vas a oír.

En el revuelto océano
en que fui náufrago un día,
quiero que lleves por guía
la débil voz del anciano.

No cual clérigo profundo
Evangelizarte anhelo:
la virtud es flor del cielo
que se marchita en el mundo.

No de ilusiones que halagan
te hablaré, ni de moral;
quiero, Andrés, que no hagas mal
ni dejes que te lo hagan.

Franklin dijo en parte alguna,
hablando del mundo, que:
“Lo que salva no es la fe
sino el no tener ninguna”.

No creas consejos ni apólogos,
busca siempre la verdad:
la fe, chico, es necedad
que llaman virtud los téologos.

Yo no te aconsejo el vicio,
el que mal hace, mal halla;
quiero que vistas con malla
tu corazón tan novicio.

Y ya que tus tiernos años
están flacos de experiencia,
escucha, Andrés, con paciencia
la voz de los desengaños…
………
Y magüer razón te sobre,
en la sociedad, buen chico,
evita el odio del rico
y la intimidad del pobre.

Mas si das a la indigencia,
nunca la humilles cruel;
no hagas de amarga hiel
el papel de Providencia.

Saber dar es gran virtud,
y dar sin tacto, locura:
lo que se da sin finura,
se acepta sin gratitud….

Tus apuros, si los tienes,
cuenta al que cuenta reales;
es decir, cuenta tus males
sólo al que los torne en bienes…

A la guerra, Andrés, no vayas…
y sin luchar vencerás;
porque un brindis vale más
que el humo de cien batallas…

Para que a ciegas no andes,
te aconsejo, por mi nombre,
dejes tu grandeza de hombre,
con todos los hombres grandes…

Si no estás en gran bonanza,
no busques, hijo, mujer,
el pobre ha de mantener
solamente la esperanza….

Más si tus afectos deseas,
te lo digo con dolor,
cree hasta en el mismo amor,
pero en la amistad no creas.

Con experiencia lo digo,
Andrés, consérvalo impreso:
un libro, un perro y un peso
forman un completo amigo…


*****


LEY DE VIDA
(fragmento)
JACK LONDON

El viejo Koskoosh escuchó con avidez. Aunque su vista se había apagado hacía ya mucho tiempo, su oído era agudo aún, y el más ligero sonido penetraba en la inteligencia, que, aunque ya no contemplaba las cosas del mundo, seguía despierta tras su arrugada frente. Sí, ésa era Sit-cum-to-ha, maldiciendo a gritos a los perros mientras los golpeaba y azotaba empujándolos hacia los arneses. Sit-cum-to-ha era la hija de su hija, pero estaba demasiado ocupada para desperdiciar un solo pensamiento en su maltrecho abuelo, sentado sobre la nieve, olvidado e indefenso. Tenían que levantar el campamento. Les esperaba un largo camino y el corto día se negaba a rezagarse. La vida les llamaba, y las tareas de la vida, y no de la muerte. Y él estaba muy cerca de la muerte ahora. Esta idea aterrorizó por un instante al viejo, y extendió una mano paralizada, que vagó temblorosa sobre el pequeño montón de leña seca que tenía junto a él. Tranquilizado al comprobar que la leña estaba allí, ocultó de nuevo la mano en su refugio de pieles andrajosas y se puso a escuchar…

Recordó a otros viejos, cuyos hijos no habían esperado a que la tribu partiese. Pero su hijo había esperado. Vagó hacia el pasado, hasta que la voz del joven le devolvió a la realidad.

_¿Estás bien?- le preguntó.

Y el viejo respondió:

_Estoy bien.

_Hay leña a tu lado –continuó el joven_ y el fuego arde con viveza. La mañana es gris y ha comenzado el frío. Pronto nevará. Ya nieva.
_Sí, ya nieva.

_La tribu tiene prisa. Sus fardos son pesados y tienen vacías sus barrigas por falta de alimento. El camino es largo y viajan deprisa. Me voy. ¿Estás bien?

_Estoy bien. Soy como una hoja seca, pegada al tallo débilmente. Al primer viento que sople caeré. Mi voz es ahora como la de una anciana. Mis ojos ya no señalan el camino a mis pies, me pesan, y estoy cansado. Está bien.

Inclinó la cabeza con resignación, hasta que se apagaron los últimos crujidos en la nieve y supo que el hijo ya no oiría su llamada…



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PEDRO PÁRAMO

JUAN RULFO

(Fragmento)

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo –me recomendó- . Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura que le dará gusto conocerte.” Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

Todavía antes me había dicho:

_No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio…El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.

_Así lo haré, madre.

Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala….

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FRANKENSTEIN
(Fragmento)
MARY SHELLEY

¿Acaso tú, Víctor, crees que yo no sufro? -me dijo- . Nadie podrá amar a un niño como yo adoraba a tu hermano.

Las lágrimas resbalaron por sus mejillas, sin embargo, continuó:

_Pero los sobrevivientes debemos evitar el aumento del dolor ajeno no demostrando un dolor exagerado. También es un deber hacia ti mismo, pues el dolor exagerado te impide ser mejor y gozar, o siquiera cumplir con la tarea diaria sin la cual ningún ser humano es útil a la sociedad.

Desafortunadamente, pese a su generosidad, aquellos consejos no eran útiles en mi caso. Yo hubiese sido el primero en ocultar mi tristeza y en consolar a mi familia si el arrepentimiento no hubiese mezclado su amargura y el terror su alarma con el resto de mis sentimientos. No podía responder a mi padre más que con miradas colmadas de angustia o eludiendo su presencia…

Constantemente, cuando yo era el único ser que vagaba, nervioso, por aquel escenario fascinante –salvo por algunos murciélagos y ranas cuyo constante croar me llegaba desde la orilla-, a menudo, sentía impulsos de lanzarme al agua silenciosa y dejar que ésta se cerrara para siempre sobre mi cabeza y mis angustias. Solamente una cosa me lo evitaba, el recuerdo de Elizabeth, a la que adoraba tiernamente y cuya vida estaba unida íntimamente a la mía. Pensaba, también, en mi padre y en mi otro hermano. No podía abandonarlos indefensos a la perversidad del demonio que inconscientemente yo había azuzado contra ellos…

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¡FELIZ DÍA DEL PADRE!

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