16.Junio.2024
ADIÓS AL PRD: QUE CADA SEPULTURERO CARGUE UN CLAVO DE SU ATAÚD
El “Sol azteca” acaba de perder su registro al no obtener, el pasado 2 de junio, el 3 por ciento de la votación general…
Por LUZ MARÍA RIVERA/ Opinión
Foto: / I.O. /
Foto: / I.O. /
Por: LUZ MARÍA RIVERA/ Opinión /



El Partido de la Revolución Democrática, PRD, perdió el registro y Jesús Zambrano así lo dio a conocer este fin de semana en una reunión de la “corriente” llamada “Nueva izquierda”, una de las responsables de la extinción de la sigla.

“Chucho” Zambrano tuvo que admitir lo que desde el lunes 3 de junio se negaba a aceptar: que a la desaseada elección general donde muchos mexicanos consideran hubo un fraude generalizado orquestado por AMLO/MORENA, se sumó la extinción de su partido donde el INE oficializó que no alcanzó el 3 por ciento de la votación general y apenas obtuvo un 2.4 por ciento: el final estaba así “cantado”.

Aunque Zambrano habló de la necesidad de “reinventarse” delante de sus compañeros perredistas tuvo que reconocer: “se acabó…” dijo en una parte de su mensaje y conteniendo la emoción. No hubo lágrimas visibles pero evidentemente el ánimo general fue de “funeral”.
Se consigna el hecho porque es necesario: el PRD se va con muchos adeudos no sólo económicos claro está (entre ellos la deuda que le dejó el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador antes de salirse a fundar MORENA), y no sólo a su militancia, sino a sus simpatizantes que acompañaron al partido en votaciones generales y locales; que recibieron con entusiasmo su ideario político herencia primero de los desaparecidos partidos Mexicano Socialista (PMS) de los Trabajadores (PMT) y del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) principalmente.

El perredismo empezó a perder su registro desde que perdió la esencia de su Ideario Político: su alianza con su “enemigo natural” el PAN, empezó a sellar su destino: porque no sólo fue con ellos sino con el PRI, en las votaciones definitorias de las “reformas estructurales” impulsadas por Enrique Peña Nieto: el desmoronamiento se acentuó, y el que venía de antes anticipaba el resultado.
Desde que sus propios militantes ya en el arranque de la década del 2000 empezaban a llamar a su partido “el perderé”, ya estaban confirmando su destino. Porque nombrar es destinar. Desde que aceptaron que nacieran “corrientes” internas que estaban prohibidas por sus estatutos; desde que toleraron pillerías y trapacerías de militantes que habían accedido al Poder en gobiernos estatales y municipales. Desde que empezaron a parecerse más a lo que supuestamente combatían: a los corruptos y a los intocables.
Sus gobiernos que se celebraron por sus electores, no marcaron ni distancia ni diferencia alguna, con los gobiernos priistas y panistas. Gobernadores del PRD y Alcaldes se vieron envueltos en escándalos de corrupción y enriquecimiento rápido y explicable.

Se volvieron inaccesibles, prepotentes, abusivos, altaneros y groseros. Desatados, se permitieron excesos y tropelías que antes criticaron a priistas y panistas.

En Veracruz no hubo excepción: si no que lo digan Arturo Herviz, Sergio Cadena, Franco Castán, Juan Vergel Pacheco, Raúl Sosa, Blanca Aquino, Yasmín Copete Zapot, por hablar de “los fundadores” del perredismo local: con toda la cauda de excesos, entreguismos y componendas que se sucedieron durante cada elección y cada resultado: no se diferenciaron en nada durante los cortos periodos en que disfrutaron “las mieles” del Poder.

Estos son solo breves “apuntes” a toda la historia de un partido que ya no es: que ya fue, que tuvo su oportunidad y que la desperdició a vista de todos. No puede haber “nuevo partido” con los mismos. Eso lo tendrán que asimilar.

Por lo pronto, que cada uno cargue el “clavo” del ataúd que entre todos construyeron para el PRD.



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