** Anoche, al filo de las 10.30, una mujer gritó y gritó pidiendo auxilio, sobre la avenida Carranza en la colonia Flores Magón.
** Impactó y mucho, al vecindario de la conurbada Veracruz-Boca del Río, enterarse ayer también, de que seis mujeres colombianas estaban secuestradas en una casa de una colonia de Infornavit Las Vegas, del municipio boqueño.
** La ciudad de Veracruz desde hace un par de décadas, vive un acelerado deterioro en su Centro Histórico y algunos otros perímetros del CH, y el resultado más inmediato, aunque no perceptible para quienes no son veracruzanos o no tienen reales vínculos con jarochos; es el desplazamiento, forzado hay que decirlo, de sus adultos mayores, en su mayoría.
** Apurados por los hijos y no pocos nietos y sobrinos, muchos jarochos mayores han tenido que emigrar hacia Boca del Río, y los nuevos asentamientos de interés social o de rango medio a lujoso, han proliferado con su respectiva carga tributaria pero también de demanda de servicios, para el vecino municipio que gobierna el panista Juan Manuel Unánue.
** Esto supone, en el aspecto Social, un problema que trasciende la mera nostalgia y el pesar de los antiguos vecinos por dejar “sus” calles y barrios; si bien esa es la principal queja cuando se habla con ellos: los nuevos inquilinos y propietarios de casas boqueñas dicen “no nos hallamos…” y la expresión es muy fuerte, denotativa de que perdieron algo más que un techo y paredes: perdieron su idea de comunidad, de vecinos conocidos “de toda la vida…” de sitios referenciales donde muchos, pasearon sus primeros años de las manos de mamá, papás, abuelos, tíos.
** El CH jarocho se despobló hace mucho, al inicio de la década de los 2000 al decir de algunos conocedores, de las familias “de abolengo”, de “apellidos”; muchas de esas hoy ya asentados en España, “en la tierra de los padres y abuelos…” Los menos acaudalados, han ido a habitar casas muy bonitas en el municipio boqueño “pero solas la mayoría” dice un conocedor del Veracruz “viejo”.
** El fenómeno imperante en la ciudad de Veracruz es el de la gentrificación: término acuñado por la socióloga británica de origen alemán Ruth Glass, que explica el proceso económico por el cual, sitios enteros en ciudades, van cediendo sus espacios en función de las leyes de oferta y demanda. Desplazan a los más pobres y se quedan los ricos y de clase media. Y va más allá de lo que supondría una “modernización”, y del cual las autoridades municipales, estatal y federal, no abordan: sólo están expectantes.
** Veracruz no es lo que solía ser hace apenas veinte años: la inmigración nacional y extranjera en masa, sin control y sin ninguna referencia más que la puede dar, pálidamente, el Censo del INEGI –en el apartado de procedencias geográficas de los habitantes-; ha cambiado ya, radicalmente, las costumbres en el puerto jarocho al que muchos nos aferramos como balsa en mar revuelto.
** Y todo cambia a partir de ello: la Gastronomía local jarocha no se encuentra ya en los perímetros del largo bulevard que une a los dos municipios Veracruz-Boca del Río. Se impone la que traen los que pueden pagar rentas de miles y miles en los locales dispuestos de uno y otro lado. Así, hasta los tacos “de pastor” los hacen gente de Puebla y el Edomex, principalmente; encuentras “tacos auténticamente chilangos”. Puedes encontrar variantes de comida yucateca y chiapaneca. Los antojitos y postres vienen de las más diversas costumbres hidalguenses, oaxaqueñas y tlaxcaltecas.
** Para desayunar, comer y cenar, lo que les gusta a los jarochos, hay que cocinar en casa y, los más, salir de las zonas turísticas y adentrarse en los callejones de paredes a punto de vencer, y entre humedades salitrosas y tejas abiertas, acaso encontrar unas buenas “gorditas”; unas suculentas “picadas”; unos buenos tamales de elote y “bollitos” que no sean los batidillos que venden las “güeras” peleadas a muerte de la calle de Lerdo frente a Los Portales; saborear la “ropa vieja” del Sotavento o las barbacoas de res y de cerdo; los chiles rellenos de queso. Hasta los mercados veracruzanos han sido “colonizados” por los buscadores dignos de empleos, que vienen de todas partes del país, y pues el conocimiento, y sobre todo el sazón, ya no es el mismo.
** Pero sólo hay que ver, por ejemplo, el barrio de La Huaca: la “ciudad de tablas” todavía en el perímetro A, del CH, no es preocupación siquiera del anodino titular del INAH-Veracruz, ajeno y desconectado, no se sabe ni siquiera de dónde es; y quien en seis años de morenismo-Cuitlacuismo, se dedicó a visitar bares y hablar de “personajes” que no le dicen nada a la gente.
** Pero nunca se le ha visto pisar el famoso barrio de La Huaca, construido, dice la referencia municipal del archivo histórico local, con los tablones de barcos españoles en su mayoría, desguazados: las tejas rojas francesas que le daban su característico estilo, las han ido tirando progresivamente los inquilinos de “rentas congeladas” y muchas mañas, muchos de ellos, y se vio más en el terrible pandemia covid19 pasada, y sin que ninguna autoridad mediaria: pero en todo el proceso de recambio del sitio, que debería ser realmente un atractivo turístico vigilado, los responsables del Patrimonio Inmaterial de la ciudad, ni sus luces.
** Ya nadie conoce a sus vecinos a éstas alturas: contados son los que pueden dar “Santo y Seña” del vecino o la vecina. Hay que apreciar lo que se tiene todavía.
** Mañana desfilan, a todo esplendor, los de la MARINA y andan invitando a la gente a que los vaya a ver en su festejo de conmemoración de sus más de 200 años. También viene, dicen los entusiastas, la presidenta comandante Claudia Sheinbaum.
** Pacífico jueves tengan todos.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
VECINOS.-Unos que te los pone Dios o el Diablo: como bendición o maldición.
VECINDANDES.-Sinónimo de conflictos o de buenas relaciones depende.
IDEAL.-Dícese de lo que, en los vecindarios mexicanos, no existe por lo general, sólo como milagros.