** Más de cinco horas duró ayer por el bulevard costero de la ciudad de Veracruz, el último desfile del Carnaval del centenario, que sorteó días de lluvias y contingencias: lo encabezó la alcaldesa Patricia Lobeira con su equipo de trabajo en el ayuntamiento, para darle paso a la reina de la fiesta, la cantante Yuri, que levantó a su paso el entusiasmo de multitudes congregadas en el graderío.
** “¿Y cómo está Veracruz?” se oía de cuando en cuando en el desfile de carrozas, conjuntos musicales e “influencers” esta pregunta reiterada, amplificada por el sonido de potentes bocinas, y la gente gritaba, “aquí”, o “bien” y en algunos tramos la clásica mexicana: “a toda Madre…”; y así, por horas, en un rumor de masa compactada en la idea de fiesta y olvido, como son todas las reuniones masivas.
** El comentario generalizado entre veracruzanos que han vivido los Carnavales de Veracruz por décadas, en situaciones personales y laborales estupendas, regulares y malas, es casi unánime para sorpresa de esta escribidora: que hizo bien la alcaldesa Lobeira en “mover” la fecha de la fiesta más representativa de la ciudad, y no hacerla antes de la Cuaresma como son generalmente todos los carnavales que aun perviven en el mundo Occidental: pero que indudablemente la entrada ahora en este verano “atípico” de la temporada de huracanes y ciclones impuso lluvias torrenciales, “es porque las condiciones han cambiado muchísimo, hay cambio climático evidente y también Veracruz ya no es el mismo de veinte o treinta años…”
** Se refieren a los indudables cambios en el clima: a la sequía severa que nos colapsó el campo veracruzano desde el año pasado, hasta la escasez prolongada de agua en ciudades que no la habían padecido; y que indudablemente tiene uno de sus por qué, en la pésima gestión de CONAGUA en este sexenio por la corrupción del gobierno federal y estatales de MORENA, al recortar presupuestos vitales; una cosa es cierta: la ciudad de Veracruz vive una compleja realidad y acaso vimos estos días el último Carnaval tal cómo lo vivimos por lo menos en los últimos veinte años.
** “Mover” de nuevo fechas de realización de la fiesta, dicen estos jarochos de cepa, visto ahora cómo se tuvieron que cambiar los “masivos” de la Macroplaza del malecón al WTC en Boca del Río, es válido coinciden: pero como el clima, ya es impredecible el resultado de esta logística impuesta por éstas condiciones; y casi todos están de acuerdo que hacer la fiesta antes de la Cuaresma exponía, con sus “nortes”, a la gente en el bulevard y en otros espacios abiertos del CH; y los jarochos saben de qué hablan porque conocen las condiciones de su ciudad.
** Y reflexionando, pues se les concede razón: esta fiesta “de verano”, con su calidad de masiva, impone nuevos retos y condiciones, y acaso los Presupuestos Públicos no den para ello o se tenga que repensar constreñir a un solo espacio, como “el sambódromo” famoso de los Carnavales brasileños, los paseos que ahora se desarrollan sobre el bulevard, con la ocupación, que los vecindarios viven como “invasión”, del espacio público por los “graderos”.
** En tanto, el saldo del Carnaval del centenario, fue positivo y blanco, integralmente. Acaso los comerciantes minoristas venidos de medio México no piensen igual, porque las quejas por las lluvias no esperadas, les afectaron su inversión.
** Pero, pues así es la vida ahora cada vez más: impredecible.
** Hoy, es “el entierro” de “Juan Carnaval”.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
FIESTA.-En México, acto al que ni se le corre ni se le ahuyenta generalmente.
FIESTEROS.-Los que nunca faltan en México.
CARNAVALES.-Acaso, algún día no tan lejano, serán fiestas míticas: meras referencias históricas.