La temporada invernal favorece a muchos problemas de salud de nuestras mascotas, generalmente nos ocupamos de las de vías respiratorias, pero pasamos por alto otras que sin duda afectan y deterioran a nuestra mascota, mismas que si bien es cierto que durante el año se pueden presentar, pero que el invierno las acentúa significativamente.
Y en esta ocasión nos referiremos a la enfermedad de Buyo-Sokolsky, comúnmente conocido como reumatismo canino,
¡Si! también los animales padecen de reumatismo.
A menudo los cachorros lo desarrollan, pero al fortalecerse su sistema inmune este desaparece y no se vuelve a presentar, sin embargo, en perros de mediana edad y/o adultos mayores, puede volverse crónica una vez presentada. Agravándose en la temporada invernal.
los factores externos como el clima pueden ocasionar reumatismo, o el lugar que habita, patio, perrera, jaula, que siempre esté bajo humedad, mojada, aquellos animales que viven en la orilla de ríos, canales o lagunas serán mucho más susceptibles y propensos a desarrollar reumatismo.
Miren, otro problema es el cambio de temperaturas que nosotros ocasionamos.
¿Cómo? Traes corriendo al perro, ejercitado caliente, y porque el clima esta cálido soleadito lo metemos a bañar con agua fría. Cuidado.
Las enfermedades reumáticas se registran en temporada baja, en otoño y primavera en tiempo húmedo.
Todos estos factores son importantes y determinantes, sin embargo, una infección por estreptococos seria el mayor de los riesgos; puede iniciar con un, dolor de garganta que desencadene en faringitis. Incluso aquellos pacientes que han padecido de amigdalitis. y hay una cierta predisposición del cuerpo canino hacia el estreptococo.
Dentro de estas predisposiciones hay algunas razas determinadas a heredar el reumatismo, ¡sí, genéticamente se hereda!
Terrier, Pekinés, Staffordshire de América del sur, Chow Chow, entre otros.
El aumento de la duración de una enfermedad, o síntoma grave que debería ser limitada, depende muchas ocasiones del propio curso que tome la afección, y en otras ocasiones obedece a complicaciones.
Cuando esta exacerbación se presenta, los médicos la llamamos fiebre reumática, pero ten en cuenta que es una consecuencia agravada por el reumatismo.
Si observas estos cambios en tu mascota, de inmediato llévalo con tu médico veterinario, no mediques tú.
Algo muy fácil de observar: ya no mueve la cola, tiembla. Esta muy inquieto, se queja, no encuentra una postura para echarse y esto porque hay dolor. Y nada tiene que ver con su apetito, este no cambiara significativamente.
Claudicación intermitente, cojera de una o diferentes patas, debilidad o rigidez en las patas traseras, dolor muscular al grado que tu mascota se niega a moverse, si lo estas paseando, se detiene más de lo normal, no salta, ya no se sube a tu cama o al sofá, grita con un movimiento que generalmente sería común e inadvertido. Cuidado con el aumento de peso si ya de por si con el cuadro reumático se verá con dificultad de movimiento el sobre peso será fatal.
Todos estos síntomas pueden presentarse en diferentes combinaciones y claro, esto obedece al grado o nivel de severidad que esté presentando nuestra mascota.
Frecuentemente se acompaña de una inflamación del revestimiento de la vejiga y que puede llegar a ser purulento, una cistitis.
No todo es desalentador, el primer paso es prevenirlo, evitando el enfriamiento de la mascota; claro que hay tratamiento, y forma de darle calidad de vida al paciente reumático.
No mediques tú, acude con tu médico veterinario para valorar cual es el nivel de afectación que hay y en base a eso poder hacer un esquema de ataque o control.
Protégelo de esta temporada invernal, no lo expongas y fuera de la temporada, mucho cuidado con el lugar que habita.
Por una vida animal digna
MVZ. Amílcar J. Meza Rdguez.
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