Pocas ocasiones nos preocupamos y ocupamos de enseñarle a nuestro perro a caminar con correa o a estar en un lugar de casa encadenado, sujeto de correa y collar.
Recordemos que todo es un aprendizaje, el objetivo no es sujetar a la fiera y que se lastime o incluso llegue a ahorcarse, es enseñarle que en determinado momento se necesita que este en un sitio, pero cómodo pues la sujeción generalmente es por cuello.
El canino no sabe estar sujeto y como resultado, al pasearlo se jalonea se tira de la correa, lo mismo ocurre si en casa necesitamos sujetarlo un rato, no sabe, es inquieto, y vienen los jaloneaos.
El cuello en todos los animales incluyéndonos es muy delicado, es una zona por la que transitan hacia el cerebro numerosos sistemas, y esto por la propia anatomía, arterias, nervios, músculos, vertebras, la glándula mandibular, la tiroides, ganglios linfáticos ubicados en las vértebras cervicales, esófago, tráquea; y ojo cuerdas bucales. de repente el can se quedó mudo y no saben por qué.
Los daños ocasionados son graves. Por ejemplo, si se dañan las vértebras cervicales podemos tener mucho dolor incluso parálisis.
La tención de la correa es la que genera el estrés en el animal claro sujetando el collar, los tironeo, jaloneos pueden ocasionarle calambres y un cambio de conducta, incluso antisocial.
Antisocial porque parte de la comunicación de los canes es el lenguaje corporal mismo que se ve afectado por la tensión de la correa, y al estar en este “estado” el mensaje no será el mismo.
No caminara de forma natural emitiendo esos mensajes corporales, el receptor no tiene claro las intenciones del can sujeto con collar y correa por lo que el recibimiento no será grato.
La postura forzada y los tirones hacen que el collar presione sus vértebras y les cause contracturas y otras lesiones.
Los efectos secundarios pueden ser bastante graves: dolores articulares, aumento de la presión intraocular, hernias, dolor crónico y hasta problemas comportamentales.
Solución hay, enseñémosle a nuestra mascota a caminar, que el paseo no sea una competencia de haber quien tira más fuerte, que aprenda a caminar tranquilo sin tirones y obedeciendo tus indicaciones, cambia de collar a arnés o pechera, así no se lastimara el cuello y sus componentes.
Los tirones de “corrección” pueden ocasionar daños tan graves como hernias, pinzamientos y hasta problemas neurológicos.
El impacto del collar en el cuello afecta a los nervios de la zona y como estos se distribuyen por la médula espinal del animal.
El arnés reparte la tensión en el pecho, una zona más fuerte y menos dolorosa que el cuello. Y nos hará más fácil su manejo.
Enséñale a tu mascota con premios y evita collares, úsalos meramente con un accesorio, no como un método de sujeción.
Notas algo “raro” acude con tu medico veterinario y no le mientas, porque a todo dicen: no como cree que lo voy a encadenar.
Por una vida animal digan
MVZ Amílcar J. Meza Rdguez.
El arca Wamerú.