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El ambiente esta tan candente en Veracruz y no me refiero sólo al clima, que ya un periodista no sabe si cualquier detalle del cotidiano es parte de, o representa un aviso o una simple gana de joder.<br />
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Pasadas las 5 de la mañana de este sábado, cristalearon la puerta trasera de copiloto de mi auto con logos de El Mercurio de Veracruz, estacionado junto a varios vehí­culos más, incluso de modelos más nuevos que el mí­o, frente al domicilio donde pernocto. <br />
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No sonó la alarma y no se llevaron objetos de valor: sólo botellas de agua que estaban en una bolsa de plástico.<br />
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"Tení­a sed" dirán prontamente algunos maliciosos. Para reí­rse. <br />
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Pero las cosas de este tipo no son chiste. No al menos me las tomo yo así­, que bien saben lectores, lectoras, como estaba la situación aquí­ hace dos años, y parece por momentos que resurge, al calor de la contienda electoral.<br />
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El gremio Veracruzano esta dividido. Enfrentado y confrontado. En mis años de ejercer el periodismo no habí­a sentido tanto encono y tanta división. Producto de opiniones y visiones de ver el mundo de manera distinta. Producto de la arribazon al mismo de gente ajena al gremio: ex informantes llamados "orejas", empleados y militantes de partidos polí­ticos del PRI y del PAN que de la noche a la mañana aparecieron con libreta y grabadora en mano o cámara fotográfica. <br />
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Enrarecido el ambiente, viéndonos todos con recelo; unos inventando que no haciendo periodismo; otros otorgando tí­tulos tempranos a noveles reporteros, otros más denostando a los colegas, son situaciones diarias y cuando suceden cosas, como esta agresión, dependerá de ellas: antipatí­as simpatí­as, filias y fobias las que determinan a priori, la gravedad de cualquier cosa que agreda la tranquilidad o el patrimonio de quienes nos dedicamos a informar, de manera profesional, y no por ocurrencia o por oportunismo personal o polí­tico. <br />
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Claro que me da miedo. No por algo decidí­, hace un año, salirme de mi casa y del oasis que representaba, a rentar en un sitio más "céntrico" para, obligada por las circunstancias de la empresa naciente que mi Mercurio de Veracruz me imponia ( aunque la maledicencia decí­a que estaba financiada por el entonces sí­ndico Antonio Sierra o por el ex gobernador Fidel Herrera, en la mejor tradición de la calumnia propalada por compañeros bien identificados) retornar a vivir en casa de préstamo de un familiar, en una de las colonias más populosas del norte de Veracruz, escenario de acontecimientos dolorosos hace poco más de dos años.<br />
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Me salí­ de mi casa y cancele mi número telefónico, que habí­a tenido más de una década. Procure salvaguardar mi tranquilidad ante lo que sentí­ amenaza después de los trágicos sucesos de Notiver, por una serie de señales que no quise exponer a la opinión pública por no escandalizar ni afectar a mi familia.<br />
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Callada, como fueron las acciones de otros compañeros, procure mi tranquilidad. No me aproveche de ella para decirme perseguida, hostigada, en peligro. <br />
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Porque esto es algo tan inaprehensible que de verdad no se lo deseo a nadie. Es angustiante la experiencia: la sensación del miedo, del sobresalto, de las pesadillas en las noches. Del insomnio. <br />
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Hoy llame a varios compañeros que algún dí­a tendí­ la mano en sus momentos de desesperación y miedo. Ninguno se ofreció como yo en ese momento, ya no a ayudarme: a acompañarme a las diligencias ante el MP.<br />
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Los costos de la post guerra.<br />
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DEL DICCIONARIO A LA DIABLA...<br />
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LECCIÓN.-Todo lo que sólo te asusta y/ o te duele: pero te hace más fuerte.<br />
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MIEDO.-Es algo que no puedes explicar muy bien del todo: sólo sentir.<br />
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MEMORIA.-Todo, absolutamente toda la Palabra escrita: y que a veces olvidamos o no nos ocupamos en leer.<br />