19.Octubre.2020
DAKTARI JAROCHO
VÍSPERA DEL DÍA DE MUERTOS: EL LUTO POR MI MASCOTA: ¿SE INCLUYE?
Por MVZ AMÍLCAR MEZA
MVZ AMÍLCAR MEZA
Amílcar Meza Rodríguez es jarocho y Médico Veterinario Zootecnista, egresado de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Veracruzana. Titulado y con cédula profesional. Con registro ante SAGARPA, Clave: ver-0316-jun-15.

Rescatista y protector de animales. Con amplia experiencia y formación continua en clínica de pequeñas y grandes especies animales, domésticos y silvestres. Especialista en Peritaje sobre maltrato animal, aplicado en operativos.

También en Dermatología canina y felina. En Diagnóstico y tratamiento de las principales enfermedades articulares en pequeñas especies. Resolución de fracturas de fémur en perros y gatos. La Certificación ante SAGARPA fue para Capacitación de médicos veterinarios, para establecimientos comerciales, Clínicas, y hospitales veterinarios.

Entre sus publicaciones especializadas está el Reporte de casos de maltrato animal observados en clínica privada durante 10 años; presentado a la UV. Ha sido Jefe del área médica del Centro de Salud Animal de la ciudad de Veracruz, y encargado de proyectos productivos de la Subdirección de Desarrollo Sustentable.

En el CSA, ofreció consultas, cirugías en general, campañas de esterilización y vacunación masiva en colonias, en colaboración con el departamento de zoonosis de la Jurisdicción número 8.

Con la colaboración de la fundación Donkey Sanctuary, realizó el Diagnóstico, tratamiento y censo de la tracción a sangre en el municipio de Veracruz. Y la atención y seguimiento de los reportes de maltrato animal en pequeñas, grandes especies y animales silvestres.

Actualmente, es miembro activo de APASDEM. Asociaciones protectoras de animales de México. Presidente de la asociación de rescate y cuidado animal: EL ARCA Wameru. Y Vicepresidente de la asociación estatal de médicos Veterinarios Zootecnistas en fauna doméstica y silvestre. A.C. MVZ. FADYS.

Amílcar fue por varios años, el autor constante de la "Columna Invitada" de estas páginas Mercuriales. Los lectores estarán de acuerdo que se ha ganado, a pulso, ya no ser invitado: sino de la Casa. Bienvenida la nueva época de nuestro daktari (en suajili doctor, sí: de la mítica serie norteamericana de los 70...).

Esta columna aparece, dominicalmente a veces, también en NOTIVER. Que sean muchos años más...
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Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el Duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la Historia.

Entendamos que el Duelo, es un proceso de adaptación emocional ante una pérdida: de empleo, relación, un ser querido, etcétera.

Y en estas próximas fechas de día de muertos este sentimiento se puede acrecentar.

Cuando adoptamos una mascota de cualquier especie, desarrollamos una asociación cerebral en el núcleo accumbens; este órgano cerebral está implicado directamente en funciones como motivación, recompensa y el esfuerzo, en una conducta positiva; para integrarlas con las acciones.

El vínculo suele ser reciproco, los perros liberan oxitocina, que es la hormona del bienestar al entrar en este entorno afectivo.

El duelo que sentimos por una mascota es similar al de un humano, claro siempre y cuando existan las condiciones mencionadas; y podemos experimentarlo de 2 tipos:

El duelo anticipado.
Cuando de manera repentina nuestra mascota muere, por un accidente o por una enfermedad, que de manera muy rápida lo llevo al deceso.

El duelo tradicional.
Este ocurre cuando tenemos una mascota por muchos años y ha estado envejeciendo con nosotros deteriorándose no solo física, también mentalmente y estamos anticipando conscientemente que su tiempo se termina; el impacto emocional es menor.

En la actualidad se encuentra en discusión el tema de:

Si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres.

Como ejemplo podemos ver el “ritual” que efectúan los elefantes al encontrar la osamenta de otro.

El duelo en humanos es permisible o con diferentes “tintes “sociales y de rituales. Y bueno aquí no cabe la crítica con respecto a esto, porque todos hemos pasado por algún duelo por la muerte de un familiar, de cualquier religión y estrato social.

Sin embargo, debemos preguntarnos:

¡¿Y si mi duelo es por la muerte de mi mascota?!

Tú, como sociedad y humano pensante que está arriba de la cadena alimenticia, hasta donde criticamos peyorativamente “este duelo”.

Entendemos que, en estas próximas fechas, aunque el tema de “usos y costumbres” sean punta de lanza, ¿logramos comprender el vínculo afectivo qué presenta de manera más fuerte?

Porque el creciente cambio del rol de la mascota, incrustándola y llegando a la simbiosis ahora en el núcleo familiar, sigue siendo ignorada incluso negada en algunos sectores de la “sociedad”.

La muerte de una mascota indiscutiblemente es una pérdida dolorosa, estresante. Y tal como con los humanos cada quien vive su duelo de manera diferente.

Las actitudes sociales y ausencia de rituales, acrecientan este sentir; dificultando la resolución del duelo.

Las etapas de adaptación de nuestro duelo generalmente son 5:

Negación. -Nos negamos a creer que está muerto.

Ira. - enojo y frustración por el suceso de la muerte.

Negociación. –Buscamos negociar una solución ante una perdida que sabemos es irreparable.

Resignación. - se experimenta una tristeza por la pérdida, que empieza a percibirse como “real”.

Aceptación. -asumimos, aceptamos la irreparable pérdida, sin llegar al olvido.

Elisabeth Kübler-Ross.


El duelo no reconocido.

Este aparece cuando sienten que su pedida no es importante, que el resto de las personas no le dan la misma importancia que tú. Ya que no se legitima un vínculo profundo entre ambos. (mascota-dueño) (Doka 2008).

A la falta de reconocimiento se añade los comentarios como:

“no es para tanto”, “ya cómprate otro”, “solo es un perro” (o la especie que sea). “supéralo es un animal”. Etcétera.

Una mascota es insustituible, no es un remplazo por lo que no es recomendable llenar ese hueco teniendo desesperadamente a otra.

Solo si ya estás preparado, y las comparaciones las puedes dejar a un lado y enfocarte en un nuevo y diferente ser; dándole emocionalmente un lugar no igual, pero con la misma relevancia.

Todo esto dificultará el proceso de manera natural; aunado a la pena de pedir ayuda; porque nos dejamos influenciar por comentarios que no aportan.

Demorando así el proceso de duelo, pues de otra forma el tiempo tendría una duración entre 6 meses a un año, teniendo una media de 10 meses; similar al del humano.

El estrés puede ocasionar un desajuste hormonal, específicamente hablamos de la serotonina, conocida también como la hormona de la felicidad, pues constituye nuestro buen humor, y buena memoria.


Que no te de pena acude con un especialista que te ayude a salir de tu estado de duelo, puedes tener una baja de serotonina que el profesionista te ayudará restablecer y recuperarte pronto. no solo es un aspecto emocional también tiene su lado científico.

¿Día de muertos? Claro también para mi mascota.

Por un duelo animal digno.

MVZ. Amílcar J. Meza Rdguez.
El Arca Wamerú.


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