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El Ocio sin Dinero...<br />
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Lamento ver a la gran mayorí­a de los chicos mexicanos hoy dí­a: sin dinero y sin expectativas buenas y realistas de un futuro ya no digamos promisorio, sino al menos, tranquilo. En su mayorí­a, los chicos de hoy, más abajo de la lí­nea de pobreza, sufren por la falta de oportunidades y acceso a la Educación y a una serie de inconvenientes propios de su edad y de la falta de dinero. A ello se añade que viven en ciudades medias -según la clasificación del INEGI- que tampoco les ofrecen alternativas para sobrellevar su cotidiano de falta de recursos. En muchos municipios de Veracruz los fines de semana son mortales para estos chicos: sin cine, sin teatro -miles nunca han asistido a una buena función y creen, muchos, que el "teatro" es lo que hace JoJorge Falcón y la industria de la telebasura en México-; sin áreas verdes para practicar deportes; sin bibliotecas públicas que les ofrezcan el maravilloso mundo paralelo que brinda, a los lectores, la buena Literatura. Chicos a la deriva. Sólo soñando con tener un "IPod" aunque no tengan ni idea de que el aparato requiere dinero para disfrutar sus "aplicaciones". ¿Qué hacen estos chicos con todo el empuje de su juventud y sus hormonas alocadas, en un fin de semana sin dinero y sin saber que hacer con su tiempo? En Veracruz, en muchos pueblos y ciudades medias de la Cuenca por ejemplo, o de Los Tuxtlas: beber alcohol los muchachos, y las chicas iniciarse, peligrosamente, en relaciones que distan del "noviazgo" inocente de hace unas décadas; y las acercan más a los terrenos de la Prostitución por única alternativa para comprarse un celular o ropa de moda. Terrible. <br />
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Los responsables...<br />
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No nos cansaremos de decirlo: la razón de que innumerables chicos de hoy, casi dos generaciones perdidas, no tengan acceso gratuito a la Educación y al Ocio productivo, son los polí­ticos de todo signo y condición partidista. Todos. Del PRI, del PAN, del PRD principalmente: todos que ya tuvieron alcaldí­as y diputaciones. Son ellos y no otros, los únicos responsables de que las ciudades hoy, se caigan materialmente hablando. Que no haya espacios verdes. Que no haya organización ciudadana porque no hay la educación que propició tales. Que no haya alternativas más que el alcohol y la vagancia, el "caldo de cultivo" perfecto para que la Delincuencia hija del Narcotráfico, se enseñoree por estos pueblos y ciudades. Es triste pero da más impotencia, confirmar que son jóvenes los "sicarios" que en estos pueblos hace apenas cuatro años a lo sumo, eran inocentes niños y niñas, con un "mundo por delante" que ahora se reduce al oscuro del alcohol, las drogas y el crimen en todas sus variantes. Historias decenas que se hacen cientos, miles seguramente y que nos mantienen en vilo y en el absoluto decaimiento cuando nos enteramos de detalles. Ayer, la persecución y asesinato en Los Tuxtlas, de un joven empresario. La pequeña de Coatza y su tí­a, que siguen sin aparecer. A pesar de que la policí­a, dice el Procurador de Veracruz, "trabaja las 24 horas para recuperarla...". No saber nada del empresario levantado en su propio barco camaronero, en Alvarado hace ya casi un mes. Y como ellos, no saber del paradero de los cientos de desaparecidos por todo Veracruz que siguen, hoy, en esa condición. <br />
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La Esperanza...<br />
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Es la que sostiene a cientos, millones por todo México. Por lograr la vuelta a La Paz y la aniquilación, con la Ley, del Crimen y todos sus carteles. Esperanza por ver pronto los cambios sustanciales en las condiciones de vida, sin malgastar los recursos nacionales a favor de los extranjeros y sin aniquilar uno de los bienes más esenciales de cualquier territorio: el agua. El agua, el vital en el que pocos reparan en sus afanes consumistas y en sus glotonerí­as voraces por enriquecerse: y que pronto nos sumergirá en más batallas por impedir las hidroeléctricas que desecan afluentes y condenan a páramos grandes extensiones. Para algunos la palabra Esperanza sugiere debilidad. Para otros fortaleza. Tengamos Esperanza en la Acción. Haciendo bien las cosas que nos corresponden. Participando de nuestra vida polí­tica y en nuestros entornos. Las condiciones actuales nos lo exigen. <br />
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QUE PASEN UN PACíFICO DOMINGO...