** Es muy difí­cil, en ciertos momentos de la vida personal y profesional, hacer un alto, y reconocer que, pese a circunstancias y caminos diferentes que uno haya tomado a lo largo de su vida, reconocer en toda su extensión y valí­a, la Enseñanza de nuestros Maestros, que lo fueron pensamos, por mera Circunstancia, pero que realmente a la distancia, comprobamos que la Casualidad es algo inaprehensible aún para muchos de nosotros: que acaso, lo aparentemente fortuito, es lo que necesitábamos: era para nosotros, en este caso, era el Maestro que deberí­amos tener en ese justo instante.<br />
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** Así­ que este dí­a, especial para los miles de maestros de México, va mi reconocimiento a todos aquellos que han sido mis maestros dentro y fuera de las aulas: porque nuestro encuentro me dio lecciones que acaso asimilé mucho después. Pero todos ellos tienen algo en común: fueron significativos, influyentes, decisivos, para lo que en buena medida, soy ahora como persona y como Periodista.<br />
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** No creo que viva, pero acaso su familia sí­, y a ella mi gratitud por una maestra como Clavelina, del primer grado de la Primaria pública `Manuel Carpio` de Cosamaloapan: la recuerdo tan bien, una autoridad que imponí­a respeto y atención: me enseñó a leer; me descubrió la diferencia entre una a, minúscula y una mayúscula; entre una `de molde` y otra `manuscrita` y así­ todo el resto de vocales y abecedario: como se nos enseñaba bien en la mitad de la década de los 70. <br />
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** Después, en esa misma Primaria, a mi maestra de sexto, Sara Arróniz. En la Secundaria y Bachilleres `Luis A.Beauregard`, a mi maestro de Inglés y Literatura, estupendo además como locutor de la XEQO, Filemón Espejo Mejí­a, quien me descubrió a Gabriel Garcí­a Márquez y a Jorge Luis Borges. <br />
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** Ya en la Universidad Veracruzana, mi reconocimiento puntual a la hoy doctora Marí­a de Jesús Rojas: quien me acercó a la maravilla de la edición de periódicos, sin que yo tuviera la mí­nima idea de la complejidad de esos `rudimentos` que años después, aprecié. A mis maestros Paco Blanco y José Luis Cerdán: cada uno en su especialidad y sus momentos. Y al arquitecto Enrique Segarra Thomas, a quien alcancé a escuchar en grados superiores; y después, platicar fuera del aula: todo un compendio de Cultura e Historia. <br />
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** Y ahí­ mismo y siempre: a mi maestro Luis Velázquez Rivera, el único acaso, de la hoy `Facico`, que me impulsó en mi vocación y, con su peculiar estilo, me fortaleció en mi carácter. Me acompañó en esa inicial aventura que hoy, con altibajos acaso, con retiradas temporales y fugas estrepitosas en pos de la Literatura, sostengo. Luis Velázquez es un maestro en toda la regla y toda la formalidad: sus conocimientos del Periodismo, pero sobre todo su personalidad y su pasión es lo que lo hace distinto y significativo. Acaso no coincidamos ahora por diversas razones, circunstancias o prejuicios; pero entre todos los buenos recuerdos que tengo de esos años inaugurales, él está ahí­ de una y otra forma. <br />
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** Fuera del aula, agradezco también, profundamente, a mis maestros de Periodismo: Horacio Aude Zebadúa y José Miranda Virgen; ambos extintos hoy: el maestro Pepe, cobardemente atacado. Ya la pagará su asesino, en esta o en la otra vida. También agradezco a mi maestra Marí­a Elena Matadamas, toda una autoridad en el Periodismo Cultural de México. A mi maestro Humberto Mussachio, el único enciclopedista cuya amistad puedo presumir. A la distancia, a toda una autoridad en la Lengua Española: Álex Grijelmo. Abrazos. También, aunque él diga que no es periodista, al más enigmático de los contemporáneos en Veracruz: don Alfonso Salces, desde aquí­ a la vueltecita de usted, mi agradecimiento por sus enseñanzas.<br />
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** Y no los olvidé ni por un instante, sólo querí­a dejar al final, como cierre de lujo, a dos maestros estupendos que la Vida y Dios me regalaron: doña Marí­a del Socorro y don Miguel, mis padres siempre añorados. Estupendos los dos: aparte de todas sus enseñanzas, me dieron un significativo regalo a edad temprana: el gusto por los libros, la poesí­a, la literatura, el teatro, las fábulas de Esopo, el periodismo, los diccionarios, las enciclopedias, y con ello un caudal tan valioso, que es el que me sostiene hasta el dí­a de hoy.<br />
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** Hoy es un dí­a de festejo. Seguramente los lectores recordarán a sus buenos maestros. ¿Quiénes les dejaron huella? Hoy el gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, estará desayunando con muchos de ellos en el WTC boqueño, y de seguro, les trae buenas noticias a quienes, me consta, siempre ha reconocido como los mejores de todo México. Felicidades.<br />
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DEL DICCIONARIO A LA DIABLA`¦<br />
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MAESTRO.-Uno que no predica: enseña con el ejemplo.<br />
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MAESTRA.-La Vida, siempre la vida.<br />
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ENSEÑAR.-Cualidad de quien, al fin y al cabo, siempre es una buena persona.<br />