El lenguaje de los animales se manifiesta a través de la facilidad de estos para comunicar sus pensamientos, evidentemente todos los animales incluyéndonos, no vivimos absolutamente solos.
Siempre estamos rodeados de nuestra especie, o especies afines, algunas de estas a las que hemos podido domesticar a través del paso del tiempo en esta odisea evolutiva donde los humanos nos hemos posicionado en lo más alto de la cadena evolutiva.
Tal hecho, nos lleva a crear un lenguaje propio de comunicación.
Si entendemos como lenguaje una colección de articulaciones que emitirán un sonido; entonces no sería necesario tener un alfabeto completo para tener un lenguaje.
Los animales bien pueden carecer de un determinado número de estas “articulaciones” con que tengan tres o cuatro será suficiente para que haya un lenguaje “propio”.
Y no importa su procedencia es decir si son sonidos producidos en el pulmón o no.
La mayoría de los vertebrados terrestres tiene en la laringe unos pequeños pliegues, la válvula vibratoria, misma que vibra cuando se expulsa el aire del pulmón y esta acción de “vibrar” produce un sonido.
Ahora bien, en las aves este sonido se produce en una pequeña caja ubicada donde se ramifica la tráquea hacia los pulmones, esa es la siringe, basta con que sean sonidos orgánicos para catalogarlos como “lenguaje”
El que nuestro oído no tenga la capacidad de percibir, escuchar, determinados ruidos, o sonidos, no significa que no existan, por ejemplo; recordemos las ondas ultrasónicas que emiten los murciélagos para su control de radar, su ecolocalización, nosotros no los percibimos, pero ellos sí, y ese revote de las ondas que emiten es su lenguaje de comunicación en vuelo.
Estos elementos que posee el lenguaje de los animales no tiene ningún indicio de que no puedan perfeccionarse algún día, pues se sabe que por sí solos se han ido perfeccionado, y nosotros identificando.
El perro emplea en su ladrido sonidos que nosotros identificamos con nuestro alfabeto, como la s y la z.
En el gato también podemos identificar estas vocales y una que otra consonante, la m y la r.
Algo curioso es que los gatos tiene una gran variedad de sonidos, no solo es el maullar y ronronear, y estos sonidos a nosotros puede parecernos palabras, cuando solo es comunicación entre ellos. Ahí están, en el cotidiano día a día.
Sería imposible que los animales viviesen en una “sociedad animal” llámese manada también, pero finalmente una sociedad donde la comunicación entre ellos y a su manera es cien por ciento entendible y sobre todo funcional. Su comunicación y lenguaje salva sus vidas, entre otras cosas.
Recuerde la alerta de las presas ante la presencia del depredador.
Incluso las hormigas dan Aviso cuando encuentran comida, su lenguaje químico que es el que hemos identificado, y el de las abejas ante la presencia de depredadores, el cambio de ritmo en el batir de alas que ocasiona el cambio de zumbido, que si percibimos, ese es su lenguaje.
El sonido tiene frecuencias específicas, fundamentales y armónicas, producida en laringe o siringe, amortiguadas o mejoradas al pasar a través del sistema supralaringe permitiéndole las variaciones e interpretación de un lenguaje propio de cada especie.
El lenguaje que utilizan los animales, los sonidos que a nosotros nos pueden parecer “raros”, tiene un propósito dentro de esta sociedad animal.
Establecer territorio, advertir peligro, buscar pareja, establecer jerarquías.
La evolución ha dotado a cada especie de un rango propio de frecuencias fundamentales y armónicas, haciendo su propio lenguaje animal.
Tú, ¿ya identificas las armonías de tu mascota?
La comunicación no solo en humanos es básica. También en los animales.
Por una vida animal digna.
MVZ Amílcar J. Meza R.
El Arca Wamerú