Retomando actividades después de un episodio que nadie, en su sano juicio, quisiera vivir, sin embargo, debemos de aceptarlo por doloroso que sea ya que forma parte de la ley de la vida.

*Aceptar la partida de un familiar es casi imposible, porque a pesar de todo lo que se dice y escribe sobre la muerte, sobre cómo lidiar con la ausencia del ser querido, no puede uno apartar el dolor y la tristeza.

*En este caso, mi hermana, Carmen Oralia Hermida Ponce, tuvo que partir después de una larga lucha contra la tan fatídica y terrible enfermedad del cáncer, y a pesar de saber que ya terminaron sus sufrimientos, no puede uno dejar de lamentar su partida.

*Para ella las siguientes palabras, aunque de antemano sé que me faltarán para expresar todo lo que fue y lo que hizo el este paso en esta vida.

*Carmen, hermana, nos duele tu partida, pero sabemos que siempre fuiste una guerrera de la vida, una mujer fuerte que jamás se doblegó ante las adversidades. Siempre de frente y con todo. Y cuidado de aquel que quisiera dañar a alguno de tus hermanos o hijo, porque ahí estabas siempre para afrontar lo que fuese.

*Testaruda, valiente, decidida, y luchadora. Triunfaste en la vida porque te trazaste metas que, a base de trabajo y sacrificios, los alcanzaste.

*Nunca nada te detuvo, y si en algún momento llegaste a tener miedo, jamás nos lo demostraste.

*Tan Valiente fuiste que hasta con la muerte te peleaste en varias ocasiones, y como siempre, le ganabas. Pero ahora tu cuerpo ya no permitió más luchas. Era momento de descansar.

*Ahora, nos cuidarás desde el cielo, porque segura estoy de que Dios ya te estaba esperando junto con todos nuestros familiares y amigos que se adelantaron.

*Ya tendrás oportunidad de pelear con el negrito y decirle una que otra cosita como tú sabías hacerlo; así también estarás con tu primo adorado, Chuchito, con quien jugabas cartas hasta bien entrada la noche, además de bailar un buen chachachá.

*No se te olvide jalarle las orejas a Alaincito y decirle que siempre está en nuestros corazones. Regáñalo como sólo tú sabes hacerlo.

*Ah, y ¿Qué decir de Don Enrique? Seguro está en plena discusión con nuestra madre. Ya los tendrás que aplacar. ¡Menuda tarea hermanita!

*Sabes? Ya te estamos extrañando, pero tenemos el consuelo de saber que estás mejor allá , junto a Dios y los tuyos. Ya no más dolor hermana. Sólo paz.