23.Septiembre.2019
DAKTARI JAROCHO
COMO PERROS Y GATOS: EL INSTINTO, LOS GENES DE DEPREDADOR, O CULPA NUESTRA
Por MVZ AMÍLCAR MEZA
MVZ AMÍLCAR MEZA
Amílcar Meza Rodríguez es jarocho y Médico Veterinario Zootecnista, egresado de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Veracruzana. Titulado y con cédula profesional. Con registro ante SAGARPA, Clave: ver-0316-jun-15.

Rescatista y protector de animales. Con amplia experiencia y formación continua en clínica de pequeñas y grandes especies animales, domésticos y silvestres. Especialista en Peritaje sobre maltrato animal, aplicado en operativos.

También en Dermatología canina y felina. En Diagnóstico y tratamiento de las principales enfermedades articulares en pequeñas especies. Resolución de fracturas de fémur en perros y gatos. La Certificación ante SAGARPA fue para Capacitación de médicos veterinarios, para establecimientos comerciales, Clínicas, y hospitales veterinarios.

Entre sus publicaciones especializadas está el Reporte de casos de maltrato animal observados en clínica privada durante 10 años; presentado a la UV. Ha sido Jefe del área médica del Centro de Salud Animal de la ciudad de Veracruz, y encargado de proyectos productivos de la Subdirección de Desarrollo Sustentable.

En el CSA, ofreció consultas, cirugías en general, campañas de esterilización y vacunación masiva en colonias, en colaboración con el departamento de zoonosis de la Jurisdicción número 8.

Con la colaboración de la fundación Donkey Sanctuary, realizó el Diagnóstico, tratamiento y censo de la tracción a sangre en el municipio de Veracruz. Y la atención y seguimiento de los reportes de maltrato animal en pequeñas, grandes especies y animales silvestres.

Actualmente, es miembro activo de APASDEM. Asociaciones protectoras de animales de México. Presidente de la asociación de rescate y cuidado animal: EL ARCA Wameru. Y Vicepresidente de la asociación estatal de médicos Veterinarios Zootecnistas en fauna doméstica y silvestre. A.C. MVZ. FADYS.

Amílcar fue por varios años, el autor constante de la "Columna Invitada" de estas páginas Mercuriales. Los lectores estarán de acuerdo que se ha ganado, a pulso, ya no ser invitado: sino de la Casa. Bienvenida la nueva época de nuestro daktari (en suajili doctor, sí: de la mítica serie norteamericana de los 70...).

Esta columna aparece, dominicalmente a veces, también en NOTIVER. Que sean muchos años más...
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Empezamos por saber el origen de la domesticación del gato:

Ésta data de hace 7,500 años A.C. La hipótesis refiere que fue el gato salvaje africano al que se le permitió rondar los alrededores de los cultivos y poco a poco inició su domesticación para controlar la plaga de ratones y ratas en estos campos.

Del perro se tiene datos que su domesticación data de hace 10 mil años.

En ambos casos, no se pueden suprimir décadas de instinto, y sí, hay conductas que se han podido modificar a lo largo del tiempo e historia, pero hay una parte que permanece oculta latente, en espera de ser detonada: los genes y la adaptación de sus antepasados.

El perro ataca porque su origen está en el lobo, y el gato huye por sus ancestros los grandes felinos como el leopardo. Ese es el "chip" que detonan sus acciones, su código genético.

Este código no solo determina las características físicas como el color, tamaño, color de ojos, salud, etcétera. También el comportamiento, pues conductas básicas como impulsos, forma de actuar, y en este caso de manera muy importante su instinto, son producto del mencionado.

Pero vayamos más allá de esto, ambos son depredadores, carnívoros, territoriales,

¿POR QUÉ UNO ATACA Y EL OTRO HUYE?

Una vez más tenemos que remontarnos a sus orígenes: perro igual a lobo; gato igual a leopardo.

El lobo vive en manada con una sociedad establecida donde hay jerarquías, donde siempre está acompañado y protege al compañero malherido, lo cuida, alimenta hasta su recuperación, sus genes lo han diseñado para el ataque como una habilidad.

El leopardo, suele ser animal solitario, independiente, no vive en manada solo son sociables, en temporada de apareamiento o cuidado de la cría. Por lo que al estar la mayor parte de su vida solo, sus genes le han dado como mayor habilidad la huida, siendo su mejor respuesta al peligro.
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El perro y gato de ciudad, han heredado estos genes, esta adaptación, conducta de sus ancestros, en ambientes completamente distintos al de sus antepasados, pero es ahí donde vemos que esta "incoherente" forma de actuar, es producto de su pasado evolutivo.

POR QUÉ EL PERRO ATACA AL GATO.

En la actualidad estas peleas de perros y gatos se dan o las vemos más por ser las mascotas más propias para casa, sin embargo hay ciertas expresiones corporales que el perro interpreta del gato que lo pone, digamos en “modo ataque” y claro el gato responde en “modo huida”. Estas expresiones físicamente serán iguales, pero no significan lo mismo para cada uno.

Por ejemplo, el simple menear la cola de un lado a otro; en el perro es signo de alegría, está contento, en el gato es signo de ataque, de no me toques, no me molestes.

La señal que manda es que el gato es hostil y el perro actúa.
El lomo levantado en el gato es quiero que me acaricies, en el perro es: cuidado, atacaré.

Ahora bien: recuerden que si se ha podido modificar la conducta de ambos, ojo: no suprimir sus instintos; y ahí es donde entramos nosotros, como la especie “pensante” como la especie más alta en la cadena alimenticia.

Si nosotros socializamos a ambas especies, el perro perderá el instinto de caza hacia el gato. Perder y suprimir no es lo mismo: Perder: dejar de poseer determinada cosa a causa de alguna circunstancia. Suprimir: hacer que desaparezca o deje de existir una cosa, especialmente eliminándola del conjunto al que pertenece o del lugar en que está.

Y esto se trata de Educación: si de cuna no te inculcaron el respeto hacia tu familia y animales, pondrás a pelear a perros y gatos, de por si la carga genética que traen los perros, aunado a las cruzas de diferentes razas agresivas, y rematamos que en lugar de enseñar, controlar y educar a nuestro perro, le enseñamos a atacar gatos, estamos criando un ser sin control.

El 70 % de la conducta agresiva de un perro es por culpa nuestra, así lo hemos educado, el otro 30 es su código.

Le enseñamos y habituamos a atacar a un ser más pequeño que él: su presa. ¿Pero cuándo ésta presa la ve en un niño? Entonces empiezan las lamentaciones. Y no especulo ya lo vi, aquí en Veracruz.

No son malas mascotas al contrario: insisto, es lo que nosotros hacemos de ellos.

Por ningún motivo le enseñes a atacar gatos, mañana no sabes que presa tomará.

Es tu responsabilidad.

Si hay convivencia entre perros y gatos, depende de nosotros.


Por una vida animal digna.

MVZ. Amílcar J. Meza Rdguez.
Vicepresidente de la AC. Estatal de MVZ En fauna doméstica y silvestre: FADYS.
Presidente de la asociación de rescate y cuidado animal: EL ARCA.
Miembro del colegio estatal de médicos veterinarios zootecnistas: CEMVZ. AC.


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