Imagínate que estas solo en tu casa, un lugar que no es muy concurrido o habitado por familias, son las 2-3 de la mañana tu estás durmiendo: de repente escuchas un ruido desconocido, inesperado adentro de tu casa o ventana, puertas; de inmediato tu frecuencia cardíaca aumenta, tu adrenalina se eleva,y claro tus sentidos se agudizan, observas con detenimiento cada sombra que percibes, y permaneces estático. Presientes peligro. Estás ansioso.

El peligro avanza y ves que alguien está en tu casa y lleva una posible arma, tu cerebro e instinto de supervivencia busca posibles formas de escapar, o defenderte, gritas, lloras, tienes miedo, te sientes aterrado.

Ahora proyecta toda esta carga emocional en tu gato: ansiedad.

Cuando el gato se encuentra en un entorno nuevo, cambio de casa o el estar en una clínica ante su médico, pierde el control de este entorno, porque se encuentra de repente rodeado de olores, objetos, sonidos, gente extraña, también entran en un estado de ansiedad, sus ojos pueden estar muy abiertos, o cerrados fingiendo dormir, las orejas y el resto del cuerpo aplanado, bigotes retraídos, y la cola baja pegada al cuerpo, frecuencia cardíaca y respiratoria aumenta, intenta pasar inadvertido hacerse pequeño, se queda en el fondo de su jaula. Tu gato está ansioso.

Miedo.

Ante la manipulación por extraños, digamos el médico veterinario, o el de la estética, sufren de incomodidad y/o dolor, por cuestiones diferentes: inyecciones, administración de medicamento oral, contenerlos para baño y cepillado etc.

Esto asusta al gato y sus orejas se inclinan hacia atrás, abrirá totalmente los ojos para hacer una evaluación de la situación, puede maullar o sisear, baja la cola y la pega al cuerpo, los bigotes se moverán hacia adelante y atrás midiendo la distancia, la frecuencia respiratoria y cardíaca aumentan, puede haber temblor, salivación, micción o defecación, inicia un intento de defensa, si el agresor continua su avance: cuidado se enfrentarán a 18 uñas y 30 dientes.

Está con miedo y aterrado, se defenderá.

Frustración y Depresión.

Un gato frustrado puede ser impredecible: Afable, después agresivo o sin interacción, maullar mucho, otros se acicalan en exceso, escarban en los rincones o trituran papel, comen demasiado o chupan o mastican objetos no comestibles, aquí mucho ojo en no confundir con una deficiencia de minerales que generalmente también mastican objetos no comestibles.

Este es un estado poco gratificante para el gato, la frustración llevara al gato a la depresión, y esta la podemos identificar como falta de apetito, timidez, se sienta y agacha la cabeza, deja de acicalarse, empieza con anorexia y poco a poco pierde el interés en lo que comúnmente le interesaba, dentro o fuera de su habitad o jaula.

Estos estados emocionales del gato se manifiestan de manera progresiva, por lo que es muy importante la observación en los cambios de conducta de nuestro gato, evitemos los cambios agresivos, para no provocar los diferentes cambios o niveles de miedo.

Checa con tu médico veterinario cómo estabilizarlo si estás en con un problema similar, pues solución hay: desde el re acondicionamiento de tu casa con respecto a olores, u objetos que el perciba agresivos, hasta la ayuda con feromonas.

Y tú, ¿cuál es tu estado emocional? puedes ser tu quien lo esté llevando a estos niveles, también chécate.

Por una vida animal digna.

MVZ Amílcar J. Meza Rdguez.