Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano, y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia.

Entendamos que el duelo, en un proceso de adaptación emocional ante una pérdida: empleo, relación, un ser querido, etc.

En la actualidad se encuentra en discusión el tema de; si otras especies también tienen sentimientos de duelo como los seres humanos, y en algunas de ellas se han observado comportamientos peculiares ante la muerte de sus congéneres: Y como ejemplo podemos ver el “ritual” que efectúan los elefantes al encontrar la osamenta de otro,

El duelo en humanos es permisible en, o con diferentes “tintes “sociales y de rituales. Y bueno aquí no cabe la crítica con respecto a esto, porque todos hemos pasado por algún duelo por la muerte de un familiar, de cualquier religión y estrato social. Sin embargo es válido preguntarnos:

¿Y si mi duelo es por la muerte de mi mascota?

Tú como sociedad y humano pensante que está arriba de la cadena alimenticia, hasta donde criticamos peyorativamente “este duelo”. Porque el creciente cambio de rol de la mascota, incrustándola, llegando a la simbiosis ahora en el núcleo familiar, sigue siendo ignorada incluso negada en algunos sectores de la “sociedad”.

La muerte de una mascota indiscutiblemente es una pérdida dolorosa, estresante. Y tal como con los humanos cada quien vive su duelo de manera diferente. Las actitudes sociales y ausencia de rituales, acrecientan este sentir; dificultando la resolución del duelo.

EL DUELO NO RECONOCIDO.

Este aparece cuando sienten que su pérdida no es importante, que el resto de las personas no le dan la misma importancia que tú. Ya que no se legitima un vínculo profundo entre ambos. (mascota-dueño) (Doka 2008).

A la falta de reconocimiento se añade los comentarios como: “no es para tanto”, “ya cómprate otro”, “solo es un perro” (o la especie que sea). “supéralo es un animal”. Etc.

Y debemos de tomar en cuenta que deja de ser un animal de tantos y pasa a ser un miembro más de la familia.

Una mascota es insustituible, no es un remplazo por lo que no es recomendable llenar ese hueco teniendo desesperadamente a otra, solo si ya se está preparado, y las comparaciones las puedes dejar a un lado y enfocarte a un nuevo y diferente ser; dándole emocionalmente un lugar no igual, pero con la misma relevancia.

Todo esto dificultará el proceso de manera natural; y la pena de pedir ayuda porque nos dejamos influenciar por comentarios que no aportan. Demorando así el proceso de duelo, pues de otra forma el tiempo tendría una duración entre 6 meses a un año, teniendo una media de 10 meses; similar al del humano.

Si tu estás en este proceso de duelo no reconocido, estas pasando por malos momentos, realiza un acto conmemorativo para tu mascota, planta un árbol escribe una carta, tienes varias opciones que te darán una buena resilencia.

El estrés puede ocasionar un desajuste hormonal específicamente hablamos de la serotonina, conocida también como la hormona de la felicidad, pues constituye nuestro buen humor, y buena memoria.

La serotonina nos ayuda con ciertas funciones del organismo: un buen sueño, buena presión arterial, si nuestra producción de serotonina es baja podríamos padecer algunos cambios, ( en otra entrega nos enfocaremos a estas hormonas)

Que no te de pena: acude con un especialista que te ayude a salir de tu estado de duelo, puedes tener una baja de serotonina que el profesionista te ayudará restablecer y recuperarte pronto; no sólo es un aspecto emocional también tiene su lado científico.

No más al duelo no reconocido.

Por un duelo animal digno.

MVZ. Amilcar J. Meza Rdguez.
Vicepresidente de FADYS.
Presidente de EL ARCA.