*Vivimos una época de mucha violencia, de muchos antivalores que han fracturado enormemente el núcleo familiar, y por ende, la estructura de la sociedad.
*Todos estamos temerosos ante la ola de secuestros, desapariciones, ejecuciones, robos, etcétera.
*Los adultos tememos por nuestras vidas, pero sobre todo, por nuestros hijos, sobrinos, nietos, y todos aquellos jóvenes y adolescentes que tratan de sobrevivir en esta jungla de incertidumbre e inseguridad.
*Los adultos vemos claramente la rudeza con la que se vive en la actualidad, pero...¿Cómo la ven o viven los jóvenes ?
*Platicando con mis alumnos, jóvenes de entre 15 y 17 años, me comentaban que, efectivamente, ellos también sienten temor por este ambiente cargado de violencia, que ya no salen con la misma confianza de como lo hacían siendo niños, que lo que leen y ven en los medios de comunicación y las redes sociales les espanta, y se formulan muchas preguntas.
*¿Qué hace el gobierno para salvaguardarlos?, ¿Qué pueden ellos hacer para protegerse de estos sujetos que muchas veces se disfrazan de corderos para atraparlos e introducirlos en un mundo sórdido y siniestro?, ¿Cuáles serían los programas que la Secretaría de Educación Pública tendría que implementar para impactar en los millones de jóvenes que están a expensas de la delincuencia organizada y que en cualquier momento pueden ser presa fácil para ellos?
*Reconocen que ellos solos no pueden, que no es por falta de consejos de sus padres y maestros, sino que muchas veces no saben detectar el peligro, que en su afán de divertirse se pierden en el camino.
*Además, se sienten de alguna manera prisioneros, los "no hagas esto, no hagas aquello, no vayas aquí, no vayas allá " , se han incrementando, y su carácter rebelde, característico de la edad, sale a flote y hace que cometan más errores; errores que en algunas ocasiones les puede salir muy caro.
*Cierto, nadie escarmienta en cabeza ajena, y ellos lo reconocen, y consideran que la vida y las lecciones que ésta les da les enseña y fortalece, sin embargo, también reconocen, que hoy día; esas lecciones son más duras, más violentas, y en algunas ocasiones no viven para contarlas.
*Otro detalle que exponen es el hecho de que los padres pasan menos tiempo con ellos debido a las exigencias de la vida para brindarles una mejor vida, y que ello también impacta en su educación, pero, en ese caso...¿Qué se podría hacer?
*Todo forma parte de un círculo vicioso difícil de romper debido a las crisis económica que está sufriendo el país, así como también el incremento de desempleo y la falta de oportunidades en muchas ámbitos laborales, por lo que los padres que tienen un trabajo deben de cumplir cabalmente con ellos para no perderlos, por lo que viven con el temor constante de que ello suceda.
*Ante este hecho, viven estrenados, dejando muy poca paciencia y tiempo para sus hijos.
*En suma, aunque no lo expresen, ni con palabras ni con actitudes, los jóvenes están también preocupados por la inseguridad con la que se está viviendo en la actualidad.
*Ojalá todos tomemos conciencia y podamos poner nuestro granito de arena desde nuestro ámbito para poder curar a esta sociedad enferma, la cual está urgido de un paliativo.