19.Octubre.2016
REPENSAR LAS TAREAS ESCOLARES
Por
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11.Septiembre.2018



Con mucho gusto estuve leyendo una noticia sobre la reforma educativa en Chile, donde el Senado de la República de ese país ha generado una ley para que esta actividad extraescolar sea erradicada en toda la educación básica, de preescolar hasta secundaria, con base a razones científicas.

Siempre he pensado que la tendencia en nuestras escuelas es la de dejar muchísimo trabajo a los niños para realizar en las tardes, que limita su tiempo de descanso y juego. Y nunca me ha parecido justo.

Leyendo este artículo, confirmo que varios investigadores norteamericanos sostienen que la correlación entre el aprendizaje de los niños, y las tareas para la casa, es igual a cero. Es decir, nada aportan para incrementar lo que los niños aprenden. Y si algo aportaran, sería muy poco en relación con los problemas asociados que implican: stress infantil, problemas de salud mental en los niños, aversión a lo escolar, conflictos familiares.

Ningún plan o programa educativo (ni siquiera el gestado por la administración peñista) contempla como obligatorio y ni siquiera como recomendable las tareas para la casa… Así que, ¿por qué los maestros insisten con ellas?

Si lo analizamos bien, las tareas escolares excesivas son atentatorias contra los derechos fundamentales de los niños: el derecho al descanso, a la salud, a la educación y al juego.

En mi trabajo, me ha tocado constatar que incluso las maestras de jardín de niños están dejando tarea a los pequeños, muchas veces a petición expresa de los padres, como si los niños de esa edad tuvieran la autonomía suficiente. Por supuesto que en estas edades (y lo extendería hasta los siete años mínimo), la tarea se convierte en una fuente de stress y agobio también para los padres, que son quienes en muchos casos acaban haciéndola.

Así que yo pensaría que más que erradicar por completo las tareas escolares cómo en Chile, si valdría la pena considerar algunas situaciones como la edad de los niños, el tiempo que ya pasan en el colegio (hay algunas escuelas particulares o de tiempo completo donde los niños pasan más de siete horas en la escuela) y sobre todo, el sentido pedagógico de la tarea.

Podríamos pensar en muchos temas derivados de este análisis de la pertinencia de las tareas: la desigualdad que provocan ( no es lo mismo el niño que lo ayudan sus padres universitarios a hacer la tarea, y que cuenta con un cuarto para estudiar, que el niño que la tiene que hacer solo, porque su mamá a duras penas sabe leer, que comparte el cuarto con tres hermanitos menores, así que trabaja sobre la mesa de la cocina); tampoco está bien que por culpa de currículums demasiado extensos, los maestros tengan que delegar algunos contenidos a los padres.

Ojalá sobre el análisis de estas y otras prácticas anacrónicas, versara la tan cacareada reforma educativa, y no sólo en la evaluación del desempeño de los maestros.

¡Hasta mañana!


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