30.Septiembre.2016
LA COMUNICACIÓN EMOCIONAL
Por
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En estos “tiempos difíciles”, esta sociedad llena de tecnología nos pone frente a retos que nunca antes habíamos tenido. Los padres vivimos inmersos en todo tipo de recomendaciones y consejos sobre los distintos estilos de educar. Pero tal vez el mejor modo de hacerlo es casi natural, y no necesitamos leer un tratado de pedagogía infantil para ponerlo en marcha, y consiste en transmitirles seguridad a través del tono de voz, las miradas, los abrazos y los besos. La comunicación no verbal o emocional es crucial para crear un entorno de afecto y protección.

Y es que la comunicación no verbal dice mucho más de lo que creemos y si hacemos conciencia ella, puede convertirse en una gran herramienta en nuestra labor de papás.

Desde que un bebé nace, lo podemos influir con nuestras actitudes, gestos, tacto, o tono de voz. Un bebé es capaz desde los primeros momentos de la vida, de captar la intensidad del afecto si lo miramos enojado o sonreímos, y esto debiera invitarnos a ser más conscientes de los mensajes no verbales que continuamente mandamos.

Cuando hablamos con alguien, basamos nuestras respuestas emocionales no tanto en las palabras, sino en las forma en que nos las dice. Por eso la buena comunicación emocional es imprescindible para educar. Nuestras acciones, expresiones y el tono de voz transmiten esa comunicación sin palabras, como una sonrisa, fruncir el ceño o una caricia.

A través de esta comunicación no verbal es que podemos transmitirle a nuestros hijos amor, aceptación y mensajes claros. O todo lo contrario…

Por eso es fundamental que cuando estemos con ellos eliminemos las distracciones y les dediquemos tiempo de calidad cuando expresen el deseo de hablar. Sería importante que practicáramos escucharlos con todo el cuerpo, con la mirada, con la actitud, con la postura frente a ellos sin que nos distraiga nada más.

Otra manera de abrirnos a la comunicación con ellos es que también expresemos claramente nuestras emociones y sentimientos. Mientras más pequeños son, más importante es la comunicación no verbal

Para platicar con nuestros hijos pequeños, es necesario tener en cuenta que nuestra estatura ya impone. Así que hay que encuclillarnos, o subir a los niños a la mesa o sentarnos en una silla para hacer contacto directo con sus ojos.

Para los momentos álgidos en que tenemos que llamarles la atención, también aplica la comunicación no verbal para no herirlos con palabras. Para que esta herramienta tenga éxito, es necesario que con anticipación expliques a tu hijo el significado de diferentes señales.

Recuerdo que mi abuela subía las cejas de una manera especial, cuando quería indicarme que la conversación solo era entre adultos y que tenía que retirarme de la habitación. No estoy diciendo que seamos tan radicales, pero tal vez un conjunto de señales convenidas de antemano, como las manos formando una “t” para indicarles que es necesario un tiempo fuera, porque se están alterando o han subido el tono de voz, pueden ser de gran ayuda.

La comunicación no verbal es un gran recurso para educar a los chicos, y manifestarles atención, cariño pero también para evitar palabras altisonantes o hirientes cuando las emociones se nos desbordan. Hagamos uso de ella.

¡Hasta mañana!


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