Vacunar es prevenir y si tomamos en cuenta el costo beneficio claro que nos conviene prevenir, pues si nuestra mascota se enferma el gasto será mayor.

Médico, tratamiento y quizás hasta hospitalización, con el riesgo de que las probabilidades de su recuperación no sean muy buenas.

Es aquí donde entran las preguntas que la semana pasada les dejamos de tarea.

Qué tanto sabes o conoces de tu mascota de ese animal que tu decidiste hacerlo parte de tu vida y familia. Que tu has humanizado y ahora depende de ti.

En las semanas pasadas he tenido la oportunidad de estar en varias colonias de nuestro puerto (dijera Luz, nuestro puerto mítico) conociendo y conviviendo con personas de diferentes situaciones económicas: desde muy humildes hasta las que se auto nombran adineradas, y sorprendentemente, estas últimas son las más ignorantes de todo lo relacionado a su mascota.

De manera general no saben qué edad tiene, si está vacunado, y de estarlo no saben qué se les ha aplicado, donde está la cartilla de vacunación, porque ojo: la cartilla de vacunación de tu mascota es como la de tu hijo cuando lo llevas al pediatra. De igual importancia.

Las vacunas tiene una función y es producir defensas ante determinada enfermedad, específicamente ante la que se está vacunando, pero además tiene un periodo de vida que en general es anual, esto quiere decir que si vacuno hoy digamos contra leucemia felina, su próxima vacuna será dentro de un año.

La vacuna es un preparado que tiene como base, virus o bacterias muertas o atenuadas (debilitadas) o parte de ellas; estas se inyectan en el cuerpo, el organismo las reconoce, y desarrolla entonces anticuerpos, estos anticuerpos son partículas de nuestro sistema inmunológico que a su vez detectaran y reconocerán como extraños a cuerpos o agentes que entren al organismo y los neutralizaran, este es nuestro sistema o mecanismo de defensa.

La vacuna hace que nuestro sistema inmunológico (mecanismo de defensa) adquiera memoria celular, permitiendo responder de manera inmediata a una infección que no haya padecido anteriormente de forma natural nuestra mascota, evitando así la enfermedad.

Toma en cuenta la importancia de la vacunación, de la prevención, es un importante beneficio tuyo y sobre todo de tu mascota. Puede ir de por medio la vida de ella.

Y como mencionamos Leucemia felina para que no se queden con la duda ahí les va:

Leucemia felina

La leucemia felina es una enfermedad grave, originada por un retrovirus denominado Virus de la Leucemia Felina (FeLV). Es más frecuente en gatitos que viven en libertad o en contacto con otros gatos, que en gatos adultos que viven aislados en una casa.

La vía de contagio más habitual es el contacto con la saliva infectada: El lamido o acicalado, las mordeduras, y los comederos y bebederos comunes, son fuente de contagio frecuente.

Las hembras pueden infectar a sus gatitos antes de nacer, esto es que la leucemia felina atraviesa la barrera placentaria infectando al producto, así como en el transcurso de la lactancia. En general, los gatos pequeños (en particular antes de los cuatro meses) ya que tienen una respuesta inmunitaria muy débil y, por tanto, son extremadamente, vulnerables, receptivos a la contaminación.

Un gatito con leucemia, es fuente de infección para otros gatos, y padece una enfermedad de la que debemos ser conscientes. La leucemia felina no se transmite a las personas, pero si a otros gatos, por lo que no debe estar en contacto con ellos ni compartir fuentes de agua y comida, será un gato con mayor probabilidad de padecer enfermedades, pero si lo asumimos y somos responsables, podrá vivir con nosotros y tener una vida prácticamente normal.

El virus de la leucemia felina no perdura en el entorno. Es débil, y vulnerable a todos los desinfectantes y detergentes normales, y la transmisión mediante objetos o aerosoles (partículas suspendidas en el aire) es poco probable. Por lo que como he dicho en otras ocasiones la higiene es base del buen estado de nuestro gato.

Los síntomas de la leucemia felina, pueden ser muy variados, incluso hay gatos que pueden no presentar síntomas durante un largo periodo después de la infección.

Entre los más frecuentes, nos podemos encontrar anemia, enfermedad hepática, o intestinal, trastornos de la reproducción, e incluso abortos y mortalidad neonatal, así como problemas relacionados con el sistema inmunitario y la formación de tumores. Además, los gatos afectados por el virus son más vulnerables a infecciones secundarias.

La mejor forma de combatir la leucemia felina, es la prevención, existe una vacuna contra la leucemia felina.

Cuando queramos introducir a un gatito nuevo en casa, más especialmente si ya tenemos otro gato, debemos llevarle al veterinario para que le haga un test y compruebe que no está infectado de Leucemia Felina, de este modo conseguiremos identificar los gatos positivos a L.F. Y no introducir individuos infectados en lugares donde haya gatos sanos.

La vacunación protege en gran medida contra el virus, por lo tanto, debemos de tener vacunado a nuestro gato, y revacunar de manera anual.

Hay varios tratamientos que se han propuesto contra el virus de la leucemia felina, pero desgraciadamente, al día de hoy no parecen eliminar el virus. Se pueden administrar tratamientos de soporte contra las enfermedades secundarias que presente el gato, que en cada caso, deben evaluarse individualmente.

No lo olvides: involúcrate mas con tu mascota. Y vacuna a tiempo.

Por una vida animal digna.

@MVZAMILKAR