Los 10 de Mayo, no son para todas las mujeres que tuvieron la dicha de ser madres, el día más feliz, porque hay quienes viven día a día la incertidumbre de no saber dónde está su hijo o hija.



Juntando la fuerza que les queda y la exigencia de que sus hijos no sean olvidados por las autoridades, decenas de madres y familiares de personas desaparecidas en la zona metropolitana marcharon la mañana de este domingo del tranvía del recuerdo al malecón.



Vestida de blanco -como el resto de los participantes- y portando un rosario, la señora Luisa -que por miedo prefirió no se publicara su verdadero nombre y no dijo sus apellidos- comenta a EL MERCURIO DE VERACRUZ, el nepotismo con el que siente, fue tratada cuando acudió a denunciar la desaparición de su hijo.



Roberto Bueno, desapareció el 12 de mayo del 2012, a la edad de 32 años, cuando se dirigía a jugar futbol en un campo deportivo de Playa de Vaca. `Él era maestro de segunda división de los chicos de los Tiburones, él salió de casa como a las 7 de la mañana se supone que el partido lo tenía a las 10, como a las 10:30 me avisaron que se lo llevaban`.



A pesar de que menciona hubo testigos que vieron se llevaron a su hijo, nadie hizo algo. De llamadas de rescate dijo no haber recibido alguna, afirma que su hijo no andaba en malos pasos y no encuentra explicación por la que se lo hayan llevado.



Interpuso una denuncia en Medellín, `fui como tres veces ahí a Medellín, me decían que como yo no iba ya lo habían archivado, lo volvían a aparecer (encontrar el archivo), que las cosas estaban en proceso pero nada más`.





AMENAZAS VELADAS PERO DIRECTAS...



`En Xalapa me dijeron, el señor que me atendió en el edificio de la AVI, que ‘nacimos para morir’, que lo de mi hijo no era secuestro, era delincuencia organizada y que mejor me parara porque no fuera a ser que algo me pasara a mí`.



`Después el licenciado de Medellín me dijo que no me acercara -yo mantengo la copia de mi denuncia, nada más me dieron una copia y eso ayudada por un licenciado (`) porque no me la querían dar- algo sintetizado`.



`Fui a la PGJ ahí no me tomaron en cuenta, me trató muy déspota la que estaba ahí de recepcionista`.



`En cierta forma me sentía muy humillada, muy sola y hasta la fecha sigo igual, no se vale que cuando uno va a pedir una denuncia o algo, ni siquiera amables, y con una respuesta tan fría` expresó.



Por estas experiencias, de los avances en la investigación por la desaparición de su hijo no sabe nada, pues no ha vuelto desde el año en que puso la denuncia en 2012. Platica que antes era más valiente para ir y exigir saber sobre el caso pero su familia la ha hecho temerosa, al final de cuentas no sabe qué tipo de personas se lo llevaron.



Desde hace casi dos años afirma vivir en la incertidumbre, al igual que su esposo y demás hijos. `Mi marido se apaga, cambió mucho la familia por todo esto`.



-¿Dejó hijos?- `Uno, se me parte el alma porque el niño cada que se encuentra con algo de él me dice ‘abuelita cuanto quisiera que mi papá regresara’`.



Llorando y con la voz quebrada comenta que pasar este día sin saber algo de su hijo `es algo muy triste, muy feo, no se le desea a nadie. Me refugie en la iglesia, me refugie con Dios y día con día voy ahí; ahorita vengo a la caminata porque no se vale que seamos ignorados`.



Hoy lo único que quiere es que aparezca como este, `lo que quiero es darle sagrada sepultura si es que ya no está`.



Así como ella, decenas de mujeres -algunas llevan más años buscando a sus hijos- marcharon en silencio con lonas, cartulinas, fotos de sus familiares desaparecidos.



Al llegar a la Gran Plaza del Malecón realizaron dos oraciones y soltaron globos blancos. Posteriormente se dirigieron a misa de mediodía en la Catedral Nuestra Señora de la Asunción, donde cada primer domingo del mes se dedica la misa a las personas desaparecidas.