08.Julio.2014
UN MICROBÚS, UNA COCINA AMBULANTE
La muestra de que cuando se quiere trabajar, se puede
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Un microbús Chevrolet modelo 92 de color blanco, que en algún tiempo recorrió la ruta 4 del transporte público del municipio de Veracruz, ahora funciona como cocina móvil y sirve de comedor a cerca de 30 operadores del servicio urbano de la misma línea, repartidos entre las rutas normal y rápida.<br />
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La señora Magaly DelfÁ¬n Yepez de 40 años, es madre soltera y desde hace 4 años ofrece el servicio de comida corrida y desayunos en la terminal de los Ruta 4, con ubicación en la carretera de la zona conocida como `Nuevo Veracruz`, al poniente de la ciudad de Veracruz. <br />
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Sin embargo, hace 4 meses adquirió esta unidad, que se encontraba abandonada en el lugar donde hacen sitio los choferes, y por la que pagó 15 mil pesos, aparte tuvo que solventar otros gastos menores para poder acondicionar el microbús como cocina: instalarle el tanque de gas, la estufa, quitar los asientos para poner una larga barra de madera naranja que sirve de comedor, comprar una nevera verde que hace las veces de refrigerador donde guarda refrescos y carnes, y reutilizar los espacios destinados para los equipajes como alacena.<br />
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El singular comedor sirve de sustento para Magaly DelfÁ¬n, quien inicia su jornada laboral en punto de las 6 de la mañana y la termina hasta las 7 de la noche de lunes a sábado, pues los domingos cierra más temprano. <br />
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Cuando la Ruta 4 se dividió en ruta normal y rápida, ella dejó de cocinar en su casa de la colonia El Vergel, `pues los choferes de la ruta rápida solo tenían 15 minutos para comer y no les daba tiempo de ir hasta mi casa, entonces quise poner un puesto, pero el dueño del terreno donde está la terminal me dijo que no, así que un concesionario me dijo ‘oye te vendo el micro viejo que está arrumbado, dame 15 mil pesos y úsalo como cocina’, entonces lo compré con unos ahorritos y seguí conservando mis clientes y bueno rescaté este camioncito, que aunque no lo crea funciona`, asegura Delfín Yepez.<br />
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Los sábados le toca baño al micro, pues es el día en que Magaly lo traslada hasta su casa para darle mantenimiento, limpiarlo, supervisar la instalación de gas y arreglarle las cosas que necesiten ser reparadas, `los sábados le toca baño al micro, hay que darle mantenimiento para que se vea bonito y limpio, pues como es un comedor todo debe estar en orden y limpio`, refiere.<br />
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Magaly no sabe manejar, por eso se apoya en un experimentado chofer retirado, que no proporciona su nombre, para llevar el camión hasta su casa donde recibirá mantenimiento, `yo no sé manejar ni quiero aprender, yo prefiero trabajar con los camiones de otra forma, prefiero trabajar aquí arriba de un camión, pero como cocinera no manejándolo`, comenta, y se justifica explicando que son tantas las cosas que escucha por parte de los operadores a la hora de la comida, `que ni loca me vuelvo chofer, imagínate solo 15 minutos para comer, andarse carrereando todo el tiempo, sin tiempo para nada, trabajan todo el día, medio duermen, andar peleando con tránsitos, con los pasajeros, no gracias, me gusta trabajar en un camión pero no de chofer, ni loca`, afirma, mientras sirve un oloroso plato de pollo en barbacoa, y al destapar la cacerola azul de peltre donde guarda el guiso, el interior de la nave se impregna de un aroma a hoja de aguacatillo que despierta el apetito.<br />
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El platillo es acompañado con `moros y cristianos`, frijoles y arroz, cocinados en un mismo recipiente y tortillas, y tiene un costo de 35 pesos. <br />
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Un microbús, un universo peligroso en Veracruz<br />
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El experimentado chofer, que trabajó 25 años como operador de camiones del servicio urbano, está atento a la charla y se le pregunta su punto de vista al respecto de la opinión de Magaly de rehusarse a manejar un camión, mientras se le pone al tanto de la iniciativa de los gobiernos municipales de Veracruz y Boca del RÁ¬o de capacitar mujeres para que desempeñen este oficio.}<br />
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`Que le entren, para que ellas mismas se den cuenta de lo fácil que es esto`, exclama con ironía y continúa: `me imagino que en las capacitaciones ya las han puesto al tanto de las cosas a las que se van a enfrentar, sobre todo el estrés, la mala alimentación, cero tiempo para tu familia, las agresiones por parte de los pasajeros y las extorsiones de los agentes de tránsito, mira a mi me dio un infarto y estuve a punto de morir por la calidad de vida que llevaba, decidí retirarme de esto luego de 25 años de servicio, también tengo la cicatriz de un navajazo que me dio un pasajero que venía borracho y al que le pedí que dejara de escupir en el piso, no mas sentí el llegue de la navaja, me tuve que bajar y agarrarme con él a garrotazos, yo me imagino que ya todo eso se los dijeron en el curso`, menciona.<br />
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También recuerda que conoció a una mujer que manejó durante 4 años un camión de la ruta 6 de Veracruz, `no me acuerdo como se llama, tiene un nombre raro, pero ella le entró porque su cuñado tenía dos camiones y necesitaba que manejaran uno, además era sola, no tenía marido y solo sabía manejar, no sabía hacer otra cosa, pero ya lo dejó, se juntó con un hombre que le ofreció ayudarla y no lo pensó dos veces, se bajó del camión`, abunda.<br />
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Magaly DelfÁ¬n, escucha con atención y dice, `¿ya ve porque no quiero manejar? A mí no me gusta que nadie me mande, prefiero ser mi propio jefe y seguir vendiendo comida arriba de un camión, pero manejarlo ni loca`, finaliza.

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