11.Mayo.2014
`PARECE QUE NO ACABO DE PARIR`
Una Madre Indigente, una historia en el comercial 10 de Mayo<br />
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Doña Mary es mamá de Yosimar, un joven de 20 años que padece un trastorno mental que lo hace parecer un niño. <br />
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Ambos viven en estado de indigencia, en una casa que está a punto de colapsarse en el callejón Ocampo del centro de la ciudad de Veracruz.<br />
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Yosimar deambula por las calles recogiendo basura, que después lleva a su casa y guarda celosamente al interior de la misma. La vivienda parece un centro de acopio de material reciclable. La señora Mary, dice que ya no sabe que hacer, se siente desesperada y aunque no reniega de ser madre, si lo hace de su suerte.<br />
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`Parece que no acabo de parir, con este Yosimar, es tremendo.` Comenta Doña Mary, mientras prepara la comida en una banqueta del callejón. Arma un improvisado fogón con una cubeta de lamina, y con leña enciende la candela. Al interior, Yosimar sufre un ataque nervioso y lanza botellas de plásticos y pedazos de cartón y basura sobre las paredes, al tiempo que grita, aúlla, maldice. Exige comer de inmediato, al oler el aceite quemándose lento en el fondo de la olla.<br />
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Doña Mary es oriunda de Veracruz, pero no es porteña, habla poco sobre sus orígenes, le gusta mas hablar del futuro. Tiene 62 años y comenta un poco acerca de su vida.<br />
`Este chamaco nació bien, quien sabe que le pasó después. Hasta como a las 8 años todavía estaba bien, normal, después empezó a ponerse enfermo hasta que terminó así. No se que hacer, a veces me dan ganas de salir corriendo y dejarlo ahí a su suerte, no mas por que tengo enfermas las rodillas, si no, ya hubiera corrido muy lejos`, comenta Mary.<br />
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Ella se mantiene de la venta de dulces, en un pequeño puesto que es armado con jacales y sillas, afuera de la zona de bancos de la avenida General Prim, por las tardes, en la mañana sale a caminar a las calles con un diablito donde guarda las cosas que para ella son utiles. De Yosimar no se preocupa. `Siempre regresa`, dice. El padre de Yosimar la abandonó cuando estaba embarazada y también su familia, prefiere no hablar de eso, `para que acordarse, hay que seguirle, los recuerdos no mas estorban, hay que olvidarse de todo y seguir pa delante, la memoria es la de todo`, asegura.<br />
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`Ya llevo muchos años viviendo en esta casa, no es mía, pero tampoco de nadie, está abandonada. Los vecinos me regañan luego cuando preparo la comida, dicen que un dia se va a quemar la casa, pero ni modo tengo que comer y darle a este, por que si no le das, se pone como loco. Me gustaría ir a Can cún o Estados Unidos lejos de todo esto, irme de `ride`a donde sea, conocer otros lugares,Yosimar ya está grande, de hambre no se va a morir y puede seguir viviendo aquí.`<br />
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Continuamente le llaman la atención los vecinos. Le dicen que apague la lumbre, que bañe a su hijo, que limpie la casa, pero ella argumenta que nadie sabe por lo que atraviesa, que para la gente es fácil hablar, criticar, pero nadie ayuda, nadie da soluciones, solo `consejos.`<br />
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`Todos critican, todos creen tener la razón, pero ninguno ayuda. Mantenernos no es fácil, este chamaco está enfermo, necesita ayuda y nadie viene, yo ya estoy grande y en cualquier rato me muero de algo, pero no puedo detenerme a pensar si lo que hago esta bien o esta mal, necesito vivir, comer, trabajar. Mis rodillas están destrozadas y a quien le preocupa si camino o no, ni siquiera a Yosimar, él a veces ni se da cuenta de lo que pasa, solo pide de comer y de comer, me harta, me desespera, me dan ganas de darle unos chingadasos` dice Doña Mary.<br />
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La situación de calle la ha hecho ver la vida de una manera mas oportunista. Sabe que nada es gratis y que difícilmente la gente ayuda desinteresadamente. Dice que solo copia el modelo establecido.<br />
`Todo el mundo vive así, así se la llevan. Yo necesito muchas cosas, vivir es caro, aun para el que no necesita tanto. Pero aquí seguiré, lidiando con Yosimar, hasta donde pueda, y si me puedo ir antes de todo, pos me voy, pero sola` finaliza Doña Mary, indigente del callejón Ocampo en pleno centro histórico de Veracruz.

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