Si tienes un Familiar Desaparecido ¿qué es lo que más te duele? A casi todos, la incertidumbre de no saber si están vivos o muertos.
Ante el Duelo que viven cada una de las madres de los jóvenes desaparecidos en el estado, EL MERCURIO DE VERACRUZ entrevista a una tanatóloga para que hable de la situación emocional que sufren los familiares que pierden a sus padres, hermanos, hermanas, madres, hijos.
La Psicológa Alma Navarrate Ortíz, egresada de la U.V., y con maestría en psicoterapia Gestalt, explica que toda persona que tiene una pérdida de un familiar por muerte o separación (divorcio) o la pérdida de un miembro de su cuerpo, vive un duelo, y este es un proceso de adaptación ante esta pérdida significativa: es un proceso evolutivo que lleva a la persona a saber disminuir ese dolor, mientras va reincorporándose a una nueva experiencia de vida.
Navarrete reconoce que para los psicólogos estos casos son más difíciles, porque los familiares deben tomar una decisión para hacer un alto y reencontrarse con ellos mismos, y ver qué es lo que han dejado de hacer, en el plano personal, así como, en el plano familiar, donde a veces se observa descuido que puede llegar a la desintegración familiar. Además, cada miembro de la familia lleva su dolor de una manera diferente y que a veces es ignorado.
Explica que los familiares de los jóvenes desaparecidos hoy viven un gran grado de incertidumbre porque no saben si su familiar está muerto o vivo; la incertidumbre les lastima y pesa en mayor grado a los dolientes y ellos deben tener la capacidad para decidir, elaborar y trascender su enojo y trabajar en ello con personas especializadas en el tema. En su caso la entrevistada, ha acompañado al duelo desde hace 30 años y con formación tanatológica 5 años.
Por lo regular, dice la especialista, el duelo ante la pérdida de un ser amado, varía, no hay tiempos exactos, con ayuda en el proceso, se empiezan a sentir mejor en uno o dos años, sin embargo, los familiares de los Desaparecidos hoy llevan algunos de ellos, hasta 4 años sin saber nada de sus familiares, y el dolor o la herida aún continúa abierta.
Es un duelo muy prolongado y en este caso los afectados deben tomar la decisión de empezar a trabajar en sus emociones y tener un cuidado hacia ellos mismos sin perder la energía y la esperanza de que encontrarán a su ser querido.
RITUAL ¿DE DESPEDIDA?
Señaló que un ser humano al pasar por un duelo vive diversas etapas como la negación, el enojo y este último en los familiares de los Desaparecidos puede quedarse atorado en ellos y canalizarlo hacia el exterior con las autoridades, e incluso con el mismo familiar.
Otro sentimiento que pueden estar viviendo estas personas, es el sentimiento de culpa, por creer no haber hecho lo suficiente por ese familiar desaparecido en el pasado y viven el presente con el dolor relacionado con el pasado y porque su ser amado no está con ellos y se está perdiendo ciertos acontecimientos del diario vivir con su familia. Es decir, duele el pasado, el presente y el futuro.
(La psicóloga señala que es muy importante que la persona que vive el Duelo sepa reconocer y dirigir su enojo, saber con quién y hacia qué dirigen su enojo, y que, bajar el nivel de enojo en el doliente no significa que dejará a un lado su búsqueda, ésta continúa, enfatiza.
Lamentó que los integrantes de los diversos colectivos de familiares en la búsqueda de su hijo no hayan tenido la oportunidad de realizar un ritual por ese ser amado perdido, pero a la vez ellos tienen un gran miedo si lo llevan a cabo, es como aceptar que su familiar está muerto.
Sin embargo, hay un ritual donde ellos se pueden reencontrar con el bienestar de su cuerpo porque requieren de energía para continuar en su lucha, ellos necesitan salud mental y física.
Opinó que es el momento que el doliente recapacite y vea qué es lo que puede hacer por él mismo, por si tiene la dicha de volver a ver a su ser amado, le cuente que lo vivido con él lo llevó a hacer cosas que no hizo antes, o tenía quizás inconclusas.