Como muchos chicos y chicas de su edad, el jueves 7 de septiembre Mara Fernanda Castilla Miranda, una joven estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla ( UPAEP) de 19 años de edad, salió por la noche a divertirse con un grupo de amigos y amigas, en la ciudad de Cholula, Puebla. Ya en la madrugada del viernes 8, abordó un taxi “seguro” de la compañía Cabify para dirigirse de regreso al departamento donde vivía con su hermana mayor, a donde nunca llegó.
Sus padres y otros familiares y amigos, veracruzanos todos, se trasladaron desde ese mismo día a la capital poblana, para poner la denuncia y coadyuvar con las autoridades correspondientes en la búsqueda de la jovencita. El sábado 9, se presentó voluntariamente a declarar ante el Ministerio Público el chofer del taxi, que simplemente proporcionó a las autoridades detalles del viaje y después, fue puesto en libertad.
Ese mismo día, por la tarde, Gabriela Miranda, la mamá de Mara, recibió en su teléfono celular una llamada en la que le comunicaron que su hija estaba bien, y le colgaron inmediatamente. Tres días después, rastreando el GPS del celular propiedad de Mara, la policía poblana detuvo en Tlaxcala al chofer del taxi, quien tenía en su poder el teléfono. Además, hasta ese día también trascendió una grabación de las cámaras de seguridad de la unidad habitacional donde vivía la joven, que daba cuenta de que aunque el taxi llegó al destino, Mara Fernanda nunca descendió de él.
El miércoles 13 se desahogaría la primera audiencia con el indicado, pero se suspendió ante alegatos de su abogado defensor y fue diferida para realizarse dos días después.
El viernes 15, a temprana hora, la Fiscalía de Puebla filtró información en el sentido de que en otra propiedad del taxista de Cabify en Tlaxcala, se encontraron prendas de ropa que pertenecían a Mara Fernanda. Cuando estaba corriendo la diligencia de la audiencia del taxista, personeros de la Fiscalía de Puebla informaron abruptamente a la señora Gabriela Miranda que habían encontrado el cuerpo sin vida de su hija Mara.
Señor Presidente, señores Gobernadores: En México, la muerte tiene nombre de mujer. En este país mueren cada día al menos 8 mujeres; casi tres mil casos anuales se presentan en diferentes entidades, mayoritariamente en el Estado de México, en Puebla, Morelos y Veracruz. Definir un número es complicado, porque no todos los feminicidios se reportan como tales. El Observatorio Nacional del Feminicidio reporta que de los más de 3 mil casos anuales, se investigan aproximadamente sólo 600, y de esos sólo el 1.6 por ciento reciben sentencia.
La existencia de un caso como el de Mara, resulta básicamente inaceptable, y es necesario que nos movilicemos como autoridades y sociedad para llegar a la verdad del mismo y propiciar que esta práctica se elimine por completo.
Señor Presidente Enrique Peña Nieto: Los feminicidios en este país que usted dice gobernar, son verdaderos crímenes de Estado, porque quienes debieran de encargarse de resolverlos no cumplen con su función: los gobernadores, los fiscales, las policías, los ministerios públicos. Los ciudadanos le exigimos generar las condiciones para cumplir con el fin último del Estado Mexicano, que es lograr la convivencia pacífica y la seguridad pública, y el establecimiento de un real y verdadero estado de derecho.
Lic. José Antonio Gali Fayad, Gobernador Constitucional de Puebla: Toda vez que los delitos de la desaparición y homicidio de Mara Fernanda Castilla Miranda se cometieron en la entidad que gobierna, le demandamos que a través de sus órganos de procuración de justicia, se cumpla con el deber jurídico de investigar a fondo todas las conductas delictivas cometidas, identificando y castigando a los responsables de esta infame muerte.
Le externamos nuestra inconformidad e indignación con muchas de las actuaciones de la Fiscalía a cargo del licenciado Víctor Antonio Carrancá Bourget: la dilación inicial en la detención del principal sospechoso, la turbia premura por cerrar el caso y descartar por completo la línea inicial de investigación, sobre la red de trata de personas, nos parecen altamente sospechosas. Sólo pedimos justicia para Mara, para su familia, y para las 58 mujeres asesinadas en lo que va de este año en esa entidad.
Lic. Miguel Angel Yunes Linares, Gobernador Constitucional de Veracruz: Mara Fernanda Castilla Miranda era una joven veracruzana nacida en esta capital, Xalapa. Le demandamos su intervención ante las autoridades del vecino estado de Puebla a fin de que se apliquen en el cumplimiento de su deber.
Asimismo, le exigimos también que se visibilice y se atienda eficazmente por parte de su gobierno la problemática propia de nuestra Entidad, en la que los casos de desapariciones de personas, feminicidios, ejecuciones, asaltos y enfrentamientos armados en las calles, han aumentado aceleradamente de Enero a la fecha. Solamente en el mes de Agosto, en Veracruz se reportaron 23 asesinatos de mujeres, otras 24 desaparecieron, y los colectivos de búsqueda de desaparecidos denuncian nulos avances en las investigaciones pendientes.
Sigue acéfalo desde que Usted tomó el control del gobierno un organismo tan importante para la defensa de los derechos humanos como el Instituto Veracruzano de las Mujeres. Los titulares de los órganos creados para la prevención y persecución de delitos, y para la administración de justicia, la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado, han demostrado reiteradamente su incapacidad e ineficiencia, y sin embargo, siguen detentando el cargo.
A la opinión pública: No debemos nunca acostumbrarnos, adormecernos como sociedad o normalizar la violencia. No dejemos con nuestra apatía e indiferencia que los tres niveles de gobierno hagan caso omiso a sus deberes constitucionales y legales, al grado de que en muchos casos los propios familiares de los desaparecidos, tengan que sustituirlos en la búsqueda de sus seres queridos. Unamos nuestras voces para exigir a las autoridades que reconozcan la terrible crisis de derechos humanos actual, y que cumplan con su obligación legal y ética de llevar a cabo acciones efectivas para combatirla.
¡Alto a la insensibilidad, la impunidad, la ineficacia y la corrupción de las autoridades! ¡Ni una desaparición más! ¡Justicia para Mara!