17.Marzo.2016
JUAN GABRIEL NO QUISO IR A LA HABANA, Y PREFIRIÓ VERACRUZ...
La Fundación Agustín Lara A.C., y el ayuntamiento, otorgan Medalla y la llave de la Ciudad Patrimonio...
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TLACOTALPAN, VER.,16 de marzo, 2016.-Una noche cálida y lúdica se vivió aquí para homenajear con la medalla "Agustín Lara", al compositor y cantante mas completo, versátil, reconocido y sobre todo, muy querido en México: Juan Gabriel; cuyas canciones ya forman parte de la Cultura Popular de nuestro país.

Noche espectacular por el ambiente de bullicio alegre y de Paz, que se sentía y respiraba a orillas del río Papalopan, previo al arribo, a las 8 de la noche, al escenario montado en la explanada pública "Los Jarochos" , del artista: al que ya esperaban la Banda Sinfónica del Gobierno del Estado bajo la dirección del maestro César Amora Aguilar con el espléndido Ensamble Coral Veracruzano: un lujo.

Desde que en el Sotavento y mas allá, la gente supo que Juan Gabriel estaría en Tlacotalpan a mitad de semana, se echaron a andar todos los mecanismos sabidos de los jarochos y mexicanos por lo regular, para lograr asistir: desde "enfermarse", ahorrar, pedir prestado, organizarse en "raids" y pedir permisos laborales "sin goce de sueldo", porque "bien valía la pena", como nos confió un matrimonio llegado aquí la víspera, desde Ciudad Mendoza.

La carretera de acceso por Alvarado, estuvo muy concurrida desde por la mañana, y ya saturada para la media tarde: desde Cosamaloapan, Salta Barranca, Lerdo de Tejada, Medellín, Boca del Río, Tlalixcoyan, Carlos A. Carrillo, Ángel R. Cabada y por supuesto de más allá de la capital Xalapa: Orizaba y Córdoba; la afluencia fue notoria, vistosa, poco usual porque el motivo fue inusual, histórico ya, para esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad: homenajear a un cantante vivo y cotizado, y cuya agenda por lo mismo, no puede ser fácil.

¿Cómo logró una Asociación Civil, impulsada por la viuda del "flaco de oro" Agustín Lara, atraer a la pequeña Perla del Papaloapan, de manera gratuita y para todo el público, a uno de los artistas mas cotizados de México? El productor Guillermo Sánchez conocido en el mundillo artístico nacional como "Memuz" lo relata así:

"Cuando Yolanda "Yiyí" Gasca -viuda del maestro Agustín Lara- y yo, invitamos a don Alberto Aguilera Valadéz "Juan Gabriel", a recibir la medalla Agustín Lara, que ella otorga año con año desde 1986; creíamos que no iba a responder a la invitación, puesto que Juan Gabriel es poco afecto a recibir este tipo de reconocimientos y homenajes".

"Le sugerimos que la entrega fuera en La Habana, Cuba, debido a las facilidades que Yiyí tiene en la isla para montar espectáculos públicos.
_¿En Cuba? ¿Y para qué vamos a Cuba?, preguntó divertido el genio musical.
_"Mejor que sea en Veracruz", espetó.
_"Y mejor aún: entréguenmela en Tlacotalpan donde nació el maestro Agustín Lara" dijo finalmente, de manera tajante y segura, narra "Memuz", y así fue como, con el apoyo del actual presidente el general Homero Gamboa Martínez, se logró lo de esta noche: un espectáculo de poco mas de tres horas, de canciones coreadas a grito pelado por una pequeña multitud de admiradores del compositor.

FESTIVOS...

La ciudad estaba abarrotada desde la mañana, mas no saturada: hoteles y posadas llenos; los pequeños bares estaban de fiesta, y el popular "bar de Tobías" con el heredero del sitio que en realidad se llama "Blanca nieves", haciéndola de anfitrión y guía de turistas como siempre.

Por ahí una pequeña ¿japonesa?, en todo caso asiática sí, de seguro, solitaria tomaba fotos con un equipo de envidia reporteril; mas allá mesas de visitantes ya degustaban las "cheladas" de cervezas oscuras y claras, acompañadas con paletas de tamarindo con chile y sal de apio y pimienta negra, de los inventos etílicos de la Cuenca; mas los infaltables volovanes de jaiba que sí lo son.

Al espectáculo del concierto que reunió en el escenario junto a Juan Gabriel, al legendario Javier Bátiz y a la "Baby" Bátiz; al grupo tlacotalpeño "Siquisirí" y varios músicos invitados como Leonardo Corona y Baruch David; contó también con solistas como Rodrigo Cadena y un "Dueto Sonata", formado por una pareja de jóvenes, hombre y mujer, del norte del país, que aunque de buena voz ambos, carecen de calidad escénica: ella además obesa y él muy rígido: ambos muy impostados y sobre actuados, y que el homenajeado observó muy seriamente, aplaudiendo educado.

A Juan Gabriel el alcalde le entregó "la llave" simbólica de Tlacotalpan: hecha de madera y tallada por don Rafael Figueroa Alavés quien es un laudero tradicional de instrumentos jarochos, además del contrabajo del grupo Siquisirí y su actual director.

A este oasis de canciones coreadas a pulmón abierto, asistieron solo dos funcionarios: Flavino Ríos Alvarado Secretario de Gobierno y su esposa, y Yolanda Gutiérrez Carlín de Protección Civil, así como el líder de la Liga campesina de la CNC Juan Carlos Molina, que apenas fue descubierto por un grupo de jóvenes, le empezaron a gritar porras. Curiosamente no llegó el titular de Turismo, Cultura y Cinematografía: Harry Grappa. Y quien condujo la noche fue Dalia Pérez Castañeda, directora general de festivales de la Sectur, y lo hizo muy bien: amena y cálida.

La única protagonista fue la noche sotaventina: cálida, de luna brillante y plagada de "chaquistes" como les dicen aquí en el Sotavento a los mosquitos pequeños de picadura dolorosa. Nada de eso importó a los cientos de espectadores que disfrutaron el despliegue de canciones donde Lara fue homenajeado a carta cabal: Oración caribe, Azul, Solamente una vez, Palmeras, Madrid y Granada, se empataron con Abrázame muy fuerte, Así fue, Hasta que te conocí, Querida, Amor eterno y por supuesto el "Noa a noa" que cerró la noche.

Juan Gabriel fue todo un señor en el escenario. Dijo que por él viviría aquí, en Tlacotalpan, y el rugido del "respetable" acompañó la idealización. La noche acabó para muchos frente a cervezas heladas y antojitos con el sabor inconfundible del Sotavento jarocho.

La carretera de retorno, solitaria y oscura ya en la madrugada, como "boca de lobo" dicen aquí, lució su banco de neblina espesa y húmeda: blanca y misteriosa como alas de ángeles: silenciosos acompañantes para quienes retornaron confiando que, multitudes cantadoras, siempre reflejarán la Esperanza de la Paz.

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